Aprovechando que nuestro aniversario acaba de ser, quería desempolvar este post que ya tenía un año archivado en mi lista de "borradores" y así revivir ese primer viaje que hicimos en familia.
Desde meses anteriores a la boda llegaban las preguntas y los consejos de todo el mundo respecto a si Constanza debía acompañarnos a nuestra luna de miel. En realidad nosotros nunca pedimos la opinión de nadie, apreciamos los consejos pero la decisión ya estaba tomada.
Hace 11 años, cuando decidí darle un "sí" a la vida, lo hice con la firme convicción de que cambiaría mi mundo, en es momento estaba aceptando que sería madre y no por unos días ni unas horas sino por siempre y para siempre, y eso incluía cargar con mi hija a todas partes.
Que no sería lo mismo la luna de miel, que ¿cómo encargaría al hermanito? ja (hoy ya saben que sí se pudo encargar), que no nos divertiríamos, etc etc. Si hubiera querido seguir con mi vida de soltera no hubiera elegido el camino de la maternidad. Además las personas no comprenden que para nosotros la diversión no lo era ni lo es si no es junto a nuestras hijas y era probable que si decidíamos no llevarla, al poco rato de estar lejos, la preocupación nos hubiera ganado, la angustia no nos habría dejado disfrutar y a cada instante hubiéramos pensado que todo hubiera estado mejor con la compañía de nuestra hija.
Desde antes de casarnos, Edgar y yo platicamos muchas veces sobre viajar y siempre coincidimos que era más divertido hacerlo con nuestra hija. Ella y ahora Isabel, son parte de nuestros días y no las cambiamos por nada. Con esta firme convicción siempre dijimos que Coni nos acompañaría a nuestra luna de miel, que se convirtió en una hermosa luna de tres.
Emprendimos la aventura a un estado cercano de nuestra ciudad para pasar unos días de relajación, chapoteo y contacto con la naturaleza. Fue nuestro primer viaje como familia y lo disfrutamos mucho. Si hoy volviera tres años atrás y de nuevo tuviera que elegir si irme de luna de miel o luna de tres, elegirá mi luna de tres porque la disfrutamos mucho, y momentos entre Edgar y yo siempre hemos encontrado.