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28 feb 2018

El parto que no fue


Cuando recuerdo el nacimiento de Isabel a menudo lo pienso cómo el parto que no pudo ser... ¿quién diría que puede haber partos tan no planeados, partos que se salen de control?
Cuando me embaracé de Isabel, mi segundo embarazo, estaba dispuesta a disfrutar todo lo que no disfrute 10 años atrás, a olvidar los miedos que me apabullaron como primeriza, a gozar a plenitud de un momento tan único y tan efímero a la vez. Ahora tenía la madurez que no se puede tener a los 17 años, estaba acompañada de mi pareja y quería que él al igual que yo disfrutara cada cambio de mi cuerpo, de ver crecer al bebé y disfrutar sus movimientos.

Todo era una aventura, todo queríamos planearlo perfectamente. Ya habíamos decidido el hospital donde iba a nacer, el mismo donde nació Constanza pues el trato me había parecido muy cálido y no tenía queja del ginecólogo ni los pediatras. Contaban con el personal al adecuado para llevar un parto y para atender a un bebé. Comenzábamos a pensar en el baby shower, mi mamá y yo deseábamos alquilar algún lugar y Edgar proponía que fuera en casa. Ya habíamos empezado a preparar el ahorro para pagar el parto, estábamos en tandas por aquí y tandas por allá para tener todo el dinero listo al arribo de Isabel y cuando parecía que todo iba viento en popa, empezaron a detectarme la presión arterial alta. No dimensionaba la gravedad de las cosas y no creí que pudiera desembocar en un parto muy muy prematuro.

Cuando el director general de la clínica donde me atendía me advirtió que de no normalizarse mi presión todo podría acabar en una interrupción del embarazo, me pareció algo exagerado y fatalista. Después de todo yo me sentía de maravilla ¿por qué tendría que llegarse a tan graves consecuencias? Y muy honesto me dijo que me recomendaba arreglar mis papeles de seguridad social pues de continuar con el mismo estado, mi bebé sería de alto riesgo y ellos no contaban con el equipo suficiente para atender una emergencia de esa talla. Y aunque me parecía que estaba exagerando las cosas, no lo dudamos y fuimos a darme de alta a la clínica más cercana del seguro social. Catalogaron mi embarazo de alto riesgo e inmediatamente me mandaron a realizar estudios diversos y una clínica de gineco obstetricia. ¡Ya no llegue! a ninguna de las citas... ni a la más cercana que era una semana después. Tan sólo dos días después de haberme dado de alta, me puse muy mal y me tuvieron que llevar a urgencias.

Seis meses y medio... 29 semanas... no había crecido mi barriga lo suficiente, no supe lo que era ya no poder cortarme las uñas o agacharme por el tamaño de mi barriga, ni sentir con intensidad los movimientos de Isabel, apenas sí eran perceptibles sus pataditas, no supe de la fatiga de ya no aguantar la barriga, de los pies cansados, y una vez más no supe de contracciones.

Qué caprichoso es el destino. Y que amargas me parecen las horas previas al nacimiento de mi bebé. Y cada que visitamos al pediatra en aquella clínica dónde me pensaba aliviar, siempre recuerdo como todos mis planes cambiaron. Y aunque al final todo valió la pena, y tengo un enorme agradecimiento con la vida, con Dios y con el personal que atendió a Isabel, siempre recuerdo todo como el parto que no pudo ser.

La imagen puede contener: una o varias personas e interior

16 feb 2017

Ya tengo a mi bebé prematuro en casa. ¿Y ahora qué?

Sin duda alguna el sueño de toda mamá de un bebé que ha nacido antes de lo previsto es ese momento en el que después de una larga espera y muchos altibajos emocionales al fin puede llevar a su bebé a casa. Sí, al fin conocerá su hogar, al fin podrá estar en brazos de mamá y ya no tendrán que separarse más. Sin embargo con estos sentimientos de alegría vienen otras emociones negativas como el temor, la angustia y la preocupación, nos preguntamos si seremos capaces de cuidar de ese ser a quien creemos tan vulnerable. Que miedo dan los meses fríos, el polvo, los gérmenes y hasta el contacto con nosotros mismos. Es perfectamente normal después del riguroso aislamiento con el que estaba el bebé en el hospital y de todas esas veces en que teníamos que tallar nuestras manos minuciosamente hasta el cansancio antes de poderle ver. Pero tranquila, la mejor medicina para el bebé es el contacto físico con sus padres; el cariño, el afecto, el sentirse amado y protegido serán ahora las mejores vitaminas que lo harán crecer rápidamente y que le permitirán salir adelante.

Pero una vez llegado el bebé a casa, habrá que seguir algunos procedimientos para asegurarnos que todo marche adecuadamente. Los chequeos médicos, a diferencia de un bebé que nació a término y no tuvo ninguna complicación al nacer, serán más frecuentes y tendremos que realizar algunos estudios para verificar que el desarrollo del bebé esta siendo el adecuado y no haya ninguna anomalía. Al principio podremos sentirnos agobiados ante tantos cuidados y ante los vaivenes al hospital, habrá que ser disciplinados y todo esto demandará un mayor tiempo por nuestra parte, pero todo puede ser más llevadero si aprendemos a organizarnos.

Algunos tips que les servirán para ayudarse:

  • Anota todas las citas al médico en un calendario, si puedes agendarlos en el celular y agregar un recordatorio un día anterior, esto te servirá para que no se te olvide la cita y termines perdiéndola.
  • Apunta en orden cronológico los estudios pendientes, hazlo en una hoja y pegala en un lugar visible, esto para tener presente que tenemos una agenda ocupada.
  • Da aviso en el trabajo y a tus familiares sobre los días en que tendrás que ir con el doctor.
  • Prepara papeles y la pañalera del bebé el día anterior a las citas.
  • Revisa un día antes las indicaciones médicas para los estudios requeridos, puede que necesites llevar al bebé en ayuno o en desvelo.
  • Pide apoyo con tu pareja o con algún familiar para que te ayuden a organizarte mejor.


Todo se resume a planear con anticipación, al principio todo puede parecer muy engorroso pero cuando menos vemos ya hemos llegado al final de tanto estudio y tanta revisión médica y ahora sí, sólo restará disfrutar de nuestro bebé.

En el caso de Isabel los estudios que tuvimos que realizarle fueron:

  • Potenciales evocados auditivos y visuales: es una prueba no invasiva que estudia la actividad eléctrica neuronal, para comprobar que el sistema nervioso funciona correctamente ante estímulos visuales, táctiles o auditivos.
  • Tomografía: técnica exploratoria radiográfica que permite obtener imágenes radiológicas de una sección o un plano de un órgano.
  • Electroencefalograma: gráfico en el que se registra la actividad del cerebro y es obtenido por un electroencefalógrafo.
  • Electromiografía: es la técnica de registro gráfico de la actividad eléctrica producida por los músculos esqueléticos.
  • Estudios generales de laboratorio: examen general de orina y de sangre.
Al principio parecían interminables las visitas al hospital, sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos hemos terminado con todos los chequeos de rutina, la próxima semana vamos con el pediatra para saber si serán necesarios más estudios o al fin la podrán dar de alta. Sin duda todo fue más sencillo con el apoyo de mi pareja y mi familia, mientras tanto ahora nos disponemos a disfrutar de la bebé.

Espero este post te haya sido de utilidad. Nos leemos en el próximo post.
Besos

Si alguien me lo hubiera dicho...

Si tuviéramos una bola de cristal para predecir el futuro seguro nos hubiéramos ahorrado mucho sufrimiento.

Cuando escuchamos "bebé prematuro" no dimensionamos el significado de estas palabras. Es común pensar que sólo se trata de un bebé que requiere ganar peso porque ha nacido antes de lo previsto y que en algún tiempo ganará el peso que le hizo falta. No estamos prevenidos y el impacto para los padres suele ser fuerte sobre todo cuando llega el momento de estar frente a nuestros pequeñitos. 

Yo estaba anestesiada, hinchada y cansada en el momento en el que vi a Isabel por primera vez, ella iba envuelta en una sabana azul y la contemple con prisa, y sus ojos grandes y brillantes intentando descubrir el nuevo mundo son lo que recuerdo de aquel primer encuentro. Pero para el segundo encuentro pude ver a detalle todo lo que no vi la primera vez: la extremada delgadez de Isabel, la dificultad en su pecho al respirar, el tubo entrando por su pequeña boquita y todos esos cables aferrados a sus piececitos. Me hubiera gustado estar preparada para no desarmarme al hablarle, pero no lo estuve. Y tampoco Edgar lo estuvo, todos dicen que se le miraba desconcertado después de ver a Isabel por primera vez.  


Cada diagnóstico que nos daban era demoledor, desmoralizador para cualquier padre: "grave", "en cualquier momento puede fallecer", "hemorragia en la cabeza" "anemia", son algunas palabras con las que tuvimos que aprender a familiarizarnos para no escandalizarnos al oírlas y tuvimos que hacer de la fe y el optimismo nuestros más grandes aliados. Después aprendimos viendo a otros padres qué hay ciertas situaciones y condiciones que son "normales" para un bebé que ha sido expulsado del vientre materno antes de tiempo; que la mayoría de los bebés prematuros nacen con hemorragia intraventricular debido a su prematurez pero en la mayoría de los casos esta hemorragia se reabsorbe en el cerebro sin provocar daños, que la mayoría de los bebés prematuros serán intubados, padecerán anemia y necesitarán una transfusión sanguínea. 
Aprendimos que estos bebés son fuertes porque son más grandes sus ganas de vivir que cualquier pronóstico médico

Por eso escribo este post desde mi experiencia personal para extender información a todos los papás de bebés prematuros y a los futuros padres porque nadie está exento de pasar por la misma situación, la intención es hacerles saber que si han tenido un bebé prematuro tendrán que sortear diversas dificultades de acuerdo al grado de prematurez que haya tenido el bebé, vendrán diversos obstáculos, habrá días en los que todo irá bien y otros en los que parecerá que todo va mal pero en la actualidad es mayor el porcentaje de los bebés que logran vencer todas las adversidades y llegar a casa con bien. Habrá bebés que queden con secuelas pero lograran salir adelante.  

Ojalá hubiera estado preparada para esta situación aunque estoy segura que hay situaciones para las que simplemente no se puede estar preparado. Pero si tú mamá/papá estás pasando por esta situación sólo me queda abrazarte fuerte y decirte que con amor y fe vencerán, los milagros existen sólo hay que creer ciegamente en ellos.  Isabel es la prueba de ello. Se reportaba como una de las bebés más graves del área de terapia intensiva y hoy está en casa creciendo y desarrollándose como cualquier bebé, yo la veo sana y feliz, claro que aunque tiene cuatro meses la gente piensa que es recién nacida por su tamaño. 

 A continuación te enlisto los problemas más comunes a los que se enfrenta un bebé prematuro:
  • Síndrome de dificultad respiratoria (SDR)
  • Retinopatía del Prematuro (ROP). Provoca el crecimiento de vasos sanguíneos anormales en la retina, la capa de tejido nervioso del ojo que nos permite ver.
  • Apnea del prematuro. Los bebés prematuros dejan de respirar durante 15 a 20 segundos mientras duermen.
  • Hemorragia intraventricular (HIV). Es un sangrado dentro de las zonas llenas de líquido (ventrículos) en el cerebro.
  • Enterocolitis necrotizante (ECN). Es la muerte del tejido intestinal.
  • Ictericia del prematuro. Coloración amarillenta de la piel y las mucosas que se produce por un aumento de bilirrubina en la sangre. 
  • Anemia del prematuro
  • Enfermedad pulmonar crónica o displasia broncopulmonar (DBP). Se caracteriza por la inflamación y la formación de cicatrices en los pulmones.
  • Infecciones


Algunos consejos que te ayudarán si estás pasando por esto:
  • Apóyate en otros padres, acércate a los papás que acuden junto contigo a la UCIN, de ahí surgen grandes amistades y es más llevadero este trance cuando te encuentras rodeado de otras personas que pasan por la misma situación.
  • Desahógate, ya sea con tu pareja, con algún familiar o con un amigo muy cercano, exprésales lo que estás pasando, tus miedos, tus angustias, tu dolor y llora si es necesario, sentirás que te liberas y descargaras tus emociones.
  • Busca información que te ayude a entender los procesos y las complicaciones a las que se enfrenta tu bebé.
  • Busca comunidades de padres que pasaron por lo mismo, lee historias, busca vídeos de bebés que hayan sido prematuros y que salieron adelante, estas historias son inspiradoras y además muy esperanzadoras.
  • Ten paciencia, el proceso que necesitará tu bebé para reponerse será largo pero necesario para que se desarrolle y evolucione.
  • No esperes nada de nadie que no haya pasado por la misma situación, te llevaras algunas decepciones, escucharas comentarios insolentes. Es probable que sólo tú y te pareja se entiendan mutuamente.
  • Ten fe, no importa cuál sea tu religión incluso si no tienes, ten fe en ti mismo, en el trabajo que hacen los doctores y principalmente en tu bebé, en su fuerza para luchar y salir adelante y en sus inmensas ganas de vivir.
  • Pide al universo y se agradecido, agradece cada día nuevo para ti y tu bebé.

Verás que muy pronto el tiempo pasa, podrán ser semanas o meses pero al fin llegará el día en que tu bebé sea dado de alta y se vaya contigo a casa, ahora el resto será disfrutar. Si quieres compartir con nosotros tu historia, envíala a nuestro correo para que sea publicada, será alentadora para otros padres.

Nos leemos en el siguiente post. 
Con cariño - Mami Wendo

30 ene 2017

Una nueva aventura y una bebé prematura

Nunca imaginé que tendríamos que pasar por esta situación, todo fue tan rápido que apenas he tenido tiempo de asimilarlo...

Apenas tuve tiempo de redactar la entrada en el blog para anunciarles mi embarazo y nunca se público dicha entrada pues estaba en busca de la imagen perfecta para ilustrar tan grande acontecimiento, apenas comenzaba a notarse la barriga, apenas comenzaban a sentirse con fuerza las pataditas, apenas si disfrutamos de este embarazo, apenas nos habíamos enterado que sería niña ¡sí, otra hermosa niña!, apenas preparábamos la fecha del baby shower y apenas comenzábamos a imaginar nuestra nueva vida.
Me enteré que estaba embarazada un 30 de abril en pleno día del niño y nunca olvidaré las caritas de asombro y felicidad que pusieron Edgar y Constanza cuando les mostré la prueba de embarazo, los ojitos de Edgar se llenaron de brillo y Constanza soltó un grito seguido de un abrazo.

Todo transcurría tranquilamente, primero ocurrieron una serie de eventos afortunados: papá salió del hospital después de casi medio año, tuvo una buena recuperación, Edgar comenzó a estudiar la universidad, yo comencé a realizar mi servicio social en televisa (la televisora más representativa en mi país) y mi embarazo parecía ir muy bien.

Desde el principio del embarazo tuve presiones arteriales elevadas, pero nadie le tomo mayor importancia, ni el ginecólogo ni yo, ni Edgar. La presión elevada la atribuíamos al estrés generado por las noches en que me quedaba a acompañar a papá en el hospital, a una infección en vías urinarias, en fin, a múltiples factores sin saber en realidad la verdadera causa, hoy sé que tener la presión elevada en el embarazado puede resultar grave, tan grave que desemboca en la interrupción del mismo.

Una noche me tuvieron que llevar al hospital pues mi presión arterial estaba por los cielos, 150/110 registró el tensiómetro. Al llegar al área de urgencias comenzó un largo y angustioso camino para mí. Ya no pude salir del hospital porque mi presión jamás se estabilizó por más medicamento que me administraron. Ahí adentro, lejos de mi hija y de mi esposo, las horas se me hicieron eternas y el trancazo vino cuando me dijeron que tendrían que interrumpir mi embarazo, el mundo se me hizo trizas, estaba abatida y tantas cosas pasaron por mi mente. Que angustia sentí cuando me pasaron la primera inyección de un medicamento que ayudaría a que los pulmones de mi bebé se terminaran de desarrollar, cómo dolía para más me dolía el alma, mi bebé aún tan pequeña no estaba en tiempo de salir al mundo. Por la mañana me trasladaron a otro hospital. Tenía la esperanza que algo pudieran hacer por mí en otro lugar, cada hora, cada segundo segundo que pasaba yo lo veía como tiempo ganado para mí bebé. Pero la cosa no cambió, seguía escuchando la palabra "Interrupción de embarazo", y el tiempo seguía pasando lento. No pare nunca de llorar y sentí que todas esas horas fueron la peor pesadilla en mi vida, no sabía si tranquilizarme y resignarme pensando que los médicos hacían lo mejor para mí y la bebé o tener fe en que regresaría a casa con mi barriga viendo todo eso como un mal sueño, no lo sabía porque cada que preguntaba qué procedía me respondían con un: -aún lo estamos debatiendo. Lo único que podía ver con certeza en la cara de los médicos y enfermeros era lástima.

A veces me tocaba la barriga que se me ponía dura como si Isabel, sí ya la llamaba Isabel, estuviera estresada. Me acariciaba y entre lágrimas le decía a mi bebita que tenía que ser valiente y muy fuerte. Apenas entrado el sábado a la media noche me confirmaron que me harían cesárea, y que comenzarían a prepararme para entrar a quirófano. De tantas lágrimas la cara la tenía hinchada muy hinchada tanto que sentía que apenas podía ver de tan inflamados que estaban mis ojos. Que rabia me daba la cesárea, estar pasando por esa situación y no saber nada de mi familia. Todos esos días jamás se me permitió hablar con Edgar, me hacía falta tanto su abrazo, escucharlo, en el fondo quería salir huyendo de aquel lugar, quería que me rescataran, que Edgar entrara y me sacara de allí. Tenía tantas dudas y no sé si estaré tan obcecada que a pesar de todo hoy sigo dudando si los médicos hicieron lo mejor para ambas y odio sus procedimientos, él no informar con claridad al paciente de lo qué pasa y el aislarle de sus familiares.
No podía creerlo, tantos años idealizando un segundo embarazo y ahí estaba, sola y triste y preocupada en aquel quirófano.

Comenzó la césarea. Yo estaba atenta, quería escuchar  a mi bebé y al fin pude oír su pequeño llanto, mucho más débil que el de Constanza, pero sonreí, estaba viva y había llorado, intente verla pero no podía, una sabana me lo impedía. Tras un largo rato la enfermera la acerco a mi, ahí estaba esa cosita pequeña con sus hermosos ojos abiertos, y la vi y le dije: "mi hermosa" y la besé. Me di el lujo de permitirme las lágrimas, las lágrimas que cuando nació Coni preferí guardar por vergüenza. La enfermera dijo que tenía que llevársela pues tenía dificultad para respirar. Las horas siguientes las pase en una sala de recuperación. El vientre me dolía, tenía mucho frío, estaba cansada. Cada que empezaba a quedarme dormida mi cuerpo reaccionaba con un brinco para despertarme de mis sueños y regresarme a la realidad. Quería que pasara el tiempo para ver a mi familia. Al fin me pasaron a un cuarto. Me dormí un rato. Después de unas horas pude ver a mamá.

Edgar estaba en la escuela, ese día tenía examen, solo él sabe cómo pudo concentrarse con todo lo que estaba pasando. Hasta la noche pude verlo, abrazarlo y llorar. Todos querían subir a verme, tuve que poner buena cara y recibir visitas aunque por dentro no tenía ganas de nada. Estaba hinchada y seguramente olía mal pues tenía días de no haberme dado un buen baño. Las noches en el hospital fueron amargas, lloraba mucho, me daba rabia sentirme tan triste porque sentía que estaba dudando de mi bebé y de su capacidad para luchar por su vida. Cada que hablaba con Edgar y con Constanza era terminar en un mar de lágrimas . No podía ver a mi bebé hasta que me quitaran el suero. Y tampoco podía ver a Constanza.

Al fin pude ver a mi Pequeña Isabel. Se me partió el corazón en mil pedazos al verla tan pequeñita, conectada a un respirador, con tanto cable, y piquetes. No podía parar de llorar, me dolía no haberla podido proteger en mi vientre, y que estuviera pasando por eso. La enfermera me regaño por llorar,  y me dijo que de no tranquilizarme me sacaría de la sala. Tuve que salirme un momento de la terapia. Los primeros días fueron difíciles, salía de terapia intensiva con el corazóncito roto. Todo eran malos pronósticos. Comencé a buscar historias en internet, grupos en Facebook, información y vídeos.  Encontré gran apoyo en mis amigas de la universidad quienes con sus palabras me dieron calma en un momento tan duro. Comencé a ver qué los papás que entraban a terapia intensiva habían aprendido a sonreír y empecé a aprender de ellos. La fortaleza y el optimismo de Edgar fueron pieza fundamental.

Me dieron de alta en el hospital y al día siguiente regresé porque de nuevo mi presión estaba mal, estuve otros cuatro días y me agobiaba, me deprimía estar lejos de casa y Coni. No solo me preocupaba Isabel, tambien mi Constanza que de pronto estaba sin su mamá muchos días, y la tristeza en sus ojos y en los de Edgar no se podía ocultar.
15 días después de haber nacido egresaron a Isabel de terapia Intensiva, la pasaron al área de prematuros, su primer gran logro, bueno en realidad su primer gran logro fue aferrarse fuerte a la vida desde que nació.

18 días más tarde, con gran sorpresa nos dijeron que podíamos llevarla a casa. No soy capaz de describir la dicha, la felicidad y lo agradecida que me sentí y que me siento con Dios y con la vida. No podíamos creerlo, Edgar dijo que estaba en shock, yo iba sin ropa, sin nada preparado y en casa se pusieron de cabeza para arreglar y preparar las cosas para el recibimiento de Isabel. En nuestros corazones había fiesta por la noticia.

Han pasado más de dos meses de tener a la bebé en casa y estamos muy felices. Miro atrás y no puedo creer que ya todo ha pasado.

Isabel llegó a casa un 25 de Noviembre pesando 1,800 kg y midiendo 43 cm. Sentimientos encontrados había en nosotros, por un lado había gran felicidad y dicha pero por otro lado teníamos miedo de cualquier cosa; del aire frío, de que pudiera pescar una enfermedad en casa, de no saberle proporcionar los cuidados necesarios y que tuviéramos que reinternarla de nuevo en el hospital, sin embargo con el paso de los días se han disipado los miedos y hemos aprendido a disfrutar de Isabel. La estoy disfrutando enormemente y ahora que mi vida ha dado un giro tan grande hay tanto de que hablar y tantas experiencias que compartir. Estoy pensando si se cambia el nombre y la dirección del blog o creo uno nuevo, ¿tú que opinas?

Acompáñanos en esta nueva etapa como padres de una bebé prematura y de una nena hermosa que esta entrando a la pubertad.








 Gracias por todas esas palabras de aliento que me enviaron, por estar al tanto de mí y la bebé y por formar parte de esta historia.
Editada por Wendolin Vera. Con la tecnología de Blogger.