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22 oct 2019

Felices 3 años mi pequeña Isabel

Me llena de nostalgia recordar el previo a estos tres años de Isabel, porque la fiesta y el goce para nosotros empezó 40 días después, cuando incrédulos pudimos cargar por primera vez a nuestra bebé y llevarla casa.

A eso de las 11 de la noche de un 21 de Octubre, estaba en una camilla del hospital, recibiendo como un golpe, la noticia de que interrumpirían mi embarazo. Llevaba algunos días en observación, entre medicamentos, inyecciones, suero, y cuchicheos de médicos y residentes, sin ver a mi esposo o  a mi madre. No pare de llorar desde que comenzaron a prepararme para entrar a quirófano. Sentía una profunda angustia y gran desesperación, ¿sabían mis familiares que nacería mi bebé? ¿estaban de acuerdo? ¿lo habían autorizado? porque yo sentía que todo aquello estaba pasando en contra de mi voluntad. 

Me llevaron a un cuarto para realizar un ultrasonido. Ni siquiera dijo nada el doctor. Como si dieran todo por perdido, no me explicaron nada, no me mostraron nada. 

-No lloré señora, tenemos más que ofrecerle a su bebé afuera, es lo mejor en las condiciones que está.
Decía un médico.

-Las niñas tienen más posibilidades de sobrevivir, son muy fuertes.
Me repetía otra doctora. 

Y yo, sentía que estaba viviendo el peor de los infiernos. Tanta ilusión, tanto esperar a esta bebé, tanto planear y todo se salía de control. Estaba programada para enero, ENERO caray, y todavía no finalizaba octubre. 

Entre a quirófano con los ojos profundamente hinchados, sentía que apenas podía mantenerlos abiertos. Odiaba aquel quirófano, deseaba que interrumpieran todo, que un milagro ocurriera y pudiera regresar a casa y ponerme esa blusa de maternidad que me acababan de obsequiar y nunca use, que pudiéramos organizar el baby shower o por lo menos pudiera comprarle algo de ropa a mi bebé. A penas unos días atrás nos enterábamos que sería niña y no le habíamos comprado más que un pañalero. Nada más.

Comenzaron con el procedimiento. La brillante doctora decidió realizar un corte horizontal, aunque yo ya traía un corte vertical de la primera cesárea que tuve. -¡Maldita vieja!, fue lo que pensé, pero enseguida vino otro pensamiento: -si mi bebé sobrevive a esto, esa cicatriz habrá valido la pena.

Isabel nació un 22 de Octubre al rededor de la 1 de la mañana, pesando 1 kilo 250 gramos. Escuché un llanto frágil, apenas perceptible. Sonreí. La acercaron, mire sus preciosos ojos grandes, abiertos, como tratando de descubrir que pasaba a su alrededor. La acercaron para que le diera un beso y enseguida se la llevaron pues estaba teniendo dificultades para respirar.

A mí me llevaron a una sala de recuperación. Estaba cansada y soñolienta. Comenzaba a quedarme dormida. Tenía mucho frío. Cada que comenzaba a quedarme dormida, tenía pesadillas y despertaba de un salto, salto que me provocaba dolor en la reciente herida. Creo que fueron al menos tres veces las que desperté después de soñar que intentaba escapar de alguien, que me desmayaba y no recuerdo que otros sueños más. A pesar de todo, me sentía triste. Una enfermera se acercó a preguntar si me sentía bien, estaba muy pálida pero dijo que era normal. 

Esperaba las primeras horas de la mañana para ver a mi bebé, pero fue hasta después de las cuatro de la tarde que me pasaron a un cuarto. No recuerdo si lloré al ver a mamá. Me sentía desmoralizada, tenía la cara inflamada y creo que olía muy mal, seguramente que sí. No podía ir a ver a mi bebé, no hasta que me quitaran el suero así que si mal no recuerdo, me reencontré con Isabel hasta el siguiente día.

Entré al área de terapia intensiva. Mis pechos escurrían de leche al igual que mis ojos de lágrimas al ver a Isabel. Ahora estaba entubada, llena de cables, tan pequeñita, tan delgada, un enorme hueco se le hacia en medio de su pecho, marcando sus costillitas. Lloré tanto mientras le pedía perdón por no haberla podido proteger, que una enfermera me saco de la sala de terapia intensiva con la advertencia de que sólo podría regresar hasta que estuviera tranquila, pues según ellos, los bebés prematuros necesitaban a sus papás fuertes. 

Aprendí a no llorar mientras estaba en la sala de terapia, en medio de las luces moradas, y el sonido de los aparatos del hospital. También aprendí a bajarme el cubrebocas discretamente para llenar de besos a Isabel, discretamente pues según por el grado de su gravedad, estaban prohibidos los besos para no contagiarles alguna enfermedad. Estaba prohibido hablarles cerca pues según sus oídos delicados podían ser lastimados, y el roce de las manos era tosco para ellos. Pero yo que buscaba tanta información a diario, leía que la mejor terapia y medicina para un prematuro, era el contacto, piel con piel de sus padres. Así que cada que los enfermeros se descuidaban, yo le hablaba despacio al oído a mi bebé, le acariciaba su pequeña cabeza, su espalda, y le llenaba de besos sus suaves mejillitas. También aprendí a ignorar los pronósticos de los doctores, a ignorar que estaba muy grave y que en cualquier momento podía fallecer. Así tajantes las palabras, al principio lastimaban mi corazón. Aprendí a orar, y a creer que Dios escucha. Aprendí a aceptar su voluntad. Aprendí que a veces, la fe en verdad mueve montañas.

Y así unos días después Isa salía del área de terapia intensiva. Claro, tremendo susto nos llevamos ese día, cuando al llegar a la visita convencional, retuvieron a todos los papás que esperaban para entrar con sus bebés y únicamente llamaron a los papás de Isabel Victoria. Entramos a la sala, con un hueco en el estómago. Isa estaba lista para irse al área de prematuros así que ese día no tendría visita. Y aunque no pudimos verla más de dos minutos, salimos felices, con aires de esperanza, sabíamos que una vez del otro lado, todo sería cuestión de tiempo.

Mi corazón se dividía en la añoranza de tener a Isabel en casa, y entre Constanza que de pronto tenía que soportar la ausencia de sus padres, y la incertidumbre de lo que pasaba con su hermana. Mi chiquita linda, que hermana tan valiente fue.

 Y así, después de 40 días, de sentir felicidad por los gramitos de peso ganados, y angustia por los gramitos de peso perdidos, de asustarnos por las transfusiones de sangre y de esperar  y esperar, el milagro ocurrió. El milagro que tanto pedí en el hospital, ocurrió poco más de 40 días después, cuando no lo esperábamos pero nos dijeron que Isabel podía irse a casa. 


¡Felices 3 años princesa guerrera, princesa valiente!

3 años de amor, locuras, ocurrencias, aprendizaje.  3 años de tenerte en mis brazos y saber que te amo profundamente. 3 años de verte crecer. Hoy todo son recuerdos que aveces prefiero omitir. Pero son parte de nuestro pasado, después de todo, estás aquí, sana y feliz.

Te amamos mucho pequeña Isabel. La vida es perfecta junto a ti y a tu hermana Constanza.

Deseo que nunca se apague esa sonrisa maravillosa que tienes, que siempre seas esa niña inquieta y exploradora, que nunca nadie te cambie y que siempre siempre seas muy feliz.

Si no te detuvieron todos los pronósticos malos que daban, si venciste todos los obstáculos siendo una bebé de apenas dos kilos, que nada te detenga, que nada te pare, que nada te aparte de tus objetivos sin importar si alguien te dice que no. Naciste para ser grande, de eso no tengo la menor duda. 

Te amo hoy y siempre mi amor. 

18 feb 2019

Quisiera arreglarte el mundo


Quisiera arreglarte el mundo para que cuando salgas allá afuera no tengas que saber de dolor, para que no tengas que enfrentar desencantos, maldad o reencor.

Quisiera repararlo todo e irme tranquila sabiendo que te he dejado en un mundo mejor. 

Pero no puedo. Lo más que puedo es arreglarme a mi misma todos los días. Y limpiarme las heridas, sacar de mi alma los sentimientos que puedan nublar mi razón, reinventarme todos los días y tratar de darte a diario lo mejor de mí. 

No puedo arreglar allá afuera nada, pero aquí adentro puedo arreglarlo todo. Para darte, no una gran mamá, pero sí una mamá feliz. Sí, ese es el mejor regalo que puedo darte todos los días; una mamá que despierte feliz y que pueda darte la mejor sonrisa, que te abrace con dulzura y que pueda guiarte. Una mamá que no se canse de decirte lo mucho que te ama, una mamá que pueda acariciarte, una mamá paciente que aprenda a escucharte, una mamá que con firmeza pueda enseñarte lo que está bien y lo que está mal en la vida. Una mamá que todo lo enseñe con el ejemplo, porque no hay nada más poderoso que el ejemplo. 

Quisiera que nunca tuvieras que conocer el lado malo de la vida o de las personas, pero eso es quizá imposible. Allá fuera el mundo es voraz. Y a mí sólo me queda amarte tanto, para llenar todo tu ser de amor, y que cuando llegue el momento en que tengas que salir, no dudes de ti, no vayas por ahí sintiéndote sola o vacía, para que no titubees cuando tengas que alejar de ti a las personas que se acercan con maldad, para que no lo pienses dos veces cuando sepas que hay personas que más vale la pena darles la vuelta, porque jamás las podremos cambiar.

Sí, puedo arreglarlo todo aquí adentro para que al menos cuando me vaya, tenga la gran satisfacción de saber que he criado a personitas que no saldrán a descomponerlo todo, porque te habré enseñado de principios y valores, porque te habré hecho tan feliz que no tendrás que salir a reclamarle nada a la vida.Es probable que habré logrado llenarte tanto el corazón que cuando salgas allá afuera lo tengas desbordante y solo sepas darle a los demás amor. 

Es probable que alguien allá fuera intenté romperte el corazón, es probable que lo logren y también que el mundo te decepcione, y a veces al igual que yo, no comprenderás cómo en este mundo hay cabida para la maldad. Pero también es probable que andando por el mundo, te encuentres con alguien que al igual que tú, haya tenido una madre con la convicción de que afuera no se puede arreglar mucho, pero que adentro se puede arreglar todo.

Porque estoy convencida de que somos una tribu, que allá afuera día a día hay muchos mamás reparándose día a día, reinventándose para regalar la mejor versión de sí mismas, abrazando, acariciando y criando con amor. Sé que te has de encontrar con esos hijos, y que será una cadena interminable. Sé que habremos logrado mucho, no arreglando afuera pero sí arreglando dentro.

18 dic 2017

Cómo logré establecer una rutina de sueño con mi bebé


Una de las etapas más difíciles que atravesamos como padres primerizos, son los constantes desvelos en los primeros meses del bebé: todas esas veces que tenemos que pararnos en medio de la noche para alimentar al bebé suelen ser más agotantes en los días posteriores al parto pues estamos exhaustas y de pronto hay que estar las 24 horas del día al cuidado de un bebé.

Hay quienes viven esta etapa más prolongada que otros. En mi caso, con ambas hijas, fue un proceso que pasamos pronto; cuando menos nos dimos cuenta Isabel ya dormía de largo toda la noche, incluso el pediatra nos recomendó que aunque la bebé durmiera de corrido, la despertáramos para comer pues aún estaba pequeña y queríamos que pronto alcanzara su peso ideal, y cuando digo rápido me refiero a que Isabel tenía tres meses en casa y ya habíamos logrado que durmiera buena parte de la noche. El hecho de que un bebé llegue a dormir seis horas seguidas, representa un enorme logró después de que suelen dormir pequeños lapsos y despertar entre cada hora y media o dos horas, lo que es agotador para los padres en especial si al día siguiente hay una rutina laboral que seguir o más hijos que atener.

Cuando comencé a leer artículos para lograr una rutina de sueño, encontré varios puntos que inconscientemente habíamos seguido y que quizá son clave para lograr que el bebé duerma de largo toda la noche.

Te comparto esos puntos que coinciden con las recomendaciones de los expertos:


Preparar al bebé para dormir

Mantener un ambiente adecuado. No debes tener las luces encendidas a la hora de dormir. Es necesario que el bebé empiece a distinguir entre el día y la noche y para ello es necesario que cuando llegue la hora de irse a la cama, lo arropes y tengas las luces apagadas, si utilizas lámparas procura que sean tenues o disminuye su intensidad al llegar la noche. En mi caso, todo se apagaba, incluso el televisor.

La calma de la noche será el imprimir indicio con el que el bebé aprenderá a distinguir la diferencia entre la mañana y la noche.

Menos cambios de pañal. Sí, no se trata de ser malas madres, se trata de molestar al bebé en la menor medida posible, de no moverlo ni hacer nada que pueda inquietarlo. Lo ideal es cambiarlo antes de irte a la cama y repetir el cambio hasta despertar, después de unas seis o siete horas. De nuevo, la idea es que se familiarice con la calma nocturna. Te sorprenderás al ver que el organismo del bebé se va acostumbrando: Isabel orina poco por la noche y nunca hace popo hasta la mañana.

Arropa al bebé. Procura que esté cómodo para que nada lo haga llorar por las noches, asegúrate de que no tenga frío ni calor.

Mucha gente recomienda bañar al bebé antes de dormir y utilizar algún producto relajante como champú, jabones o cremas relajantes. La verdad yo nunca utilice este recurso y siempre goce de noches largas.

Entre más crecen, más son las horas seguidas que duermen. Por ejemplo, a los tres meses Isabel dormía a las 11 y despertaba entre las seis o siete de la mañana. Ahora puede dormir desde las 9 o las 10 de la noche y despertar entre siete y ocho de la mañana sólo a tomar leche para volver a dormir hasta las nueve o diez de la mañana.

Espero que estos consejos te ayuden y que pronto goces de noches largas.


22 nov 2017

El primer Día de muertos y Halloween de Isa


Sí, ya estamos con la navidad encima y yo con un montón de entradas pendientes. Ahora con dos hijas, la maestría en curso y un blog que debe monetizarse no me doy a basto con las entradas, pero no las quiero dejar pasar pues con el paso del tiempo se vuelven valiosos recuerdos.

Que entusiasmo vivir con Coni y con Edgar el primer Halloween de nuestra bebé, pues aunque hace un año ya había nacido, ella estaba guardadita en el hospital.

Que trabajo nos ha dado elegir el disfraz, estaba indecisa entre tanto disfraz tan bonito, tierno y adorable que hay para bebés.

Después de ver tantos terminamos comprando uno en un reconocido almacén de ropa para bebés. En el mercado había muchos modelos que me gustaban, pero mi esposo y yo llegamos a la conclusión que los de la tienda eran los más adecuados para la bebé, pues a diferencia de los disfraces que había en el mercado que estaban hechos de tela muy delgada, los de la tienda estaban hechos con tela más calentita y cómoda, ideal para resguardar a Isabel en estas noches frías del año. La disfrazamos de brujita pues ya no había talla en el disfraz de calabaza que me gustó. El vestido traía su gorrito y una mallas muy gruesas. supimos que elegimos la marca adecuada cuando Isabel se mantuvo calentita entre los aires fríos que caracterizan el otoño. Aunque después de comprar su disfraz vimos una botarga de Peppa Pig que era tan tierna, pero ya habíamos comprado el disfraz de la bebé.

Si pensaba que disfrazar a mi hija mayor iba a ser asunto más sencillo, estaba equivocada... con eso de que está en una etapa de sentirse niña mayor me ha costado trabajo que se decidiera por un disfraz. Nada le apetecía entre un montón de disfraces muy lindos, mucho menos quiso disfrazarse como la hermana y la mamá (sí, yo adoro disfrazarme) así que terminó decidiendo llevar un atuendo de Unicornio ¿nada terrorífico verdad? ¿Pero que le podíamos hacer? Le terminamos comprando una falda de tul, unas mallas y un leotardo y una diadema con el cuerno de unicornio que no fue difícil encontrar por lo mucho que se ha puesto de moda este animal fantástico. La he maquillado en tonos rosas, azules y morados. Se veía bonita mi niña mayor.

Este año decidimos retomar nuestra visita a Coyoacán, aunque lo hemos de reconocer, ya con una bebé no es lo mismo, de hecho se nos hizo muy pesado el trayecto, nos engentamos, y nos cansamos de andar cargando a Isabel, tanto que al otro día mi marido amaneció con un terrible dolor en cuello y espalda. Además entre tanta gente que llega no se puede recolectar muchos dulces. Nos acompañó una amiguita de mi hija mayor y mi hermana. Al final de la noche nos consentimos con una rica cena.





Al otro día no hemos salido pues edgar tenía que realizar un trabajo de la escuela así que nos quedamos en la casa, más tarde deje ir a Constanza a dar un paseo con su amiguita.

Fueron días estupendos comparados con la tristeza y preocupación que vivíamos hace un año mientras nuestra pequeña Isabel estaba en el hospital.

15 nov 2017

El primer año de Isabel

Ha pasado como un suspiro el primer año de mi enorme bebé. Y debo decirlo, lo viví con gran jubilo y enorme alegría.

Lo festejamos realizado el mismo día su bautizo. La realidad es que el proceso de la planeación siempre resulta estresante, con todo y que optamos por contratar un salón que nos brindara todos los servicios: banquete, música ambiental, sonido, vino y pastel. Pero aunque pareciera que ya no queda nada de qué preocuparse, había que pensar en la ropa de todos los integrantes de la familia, en elegir el ropón y los zapatos para Isabel, acompañar a la madrina por la vela, la cobija y demás accesorios necesarios, pensar en los recuerdos o souvenirs para los invitados, y pensar en la mesa de dulces.

Pero lo admito, aunque viví días previos de mucho estrés, el contratar un salón con todo incluido te quita gran peso de encima el día del festejo y te permite disfrutar un poco más, aunque como anfitrión nunca hay descanso el día de la fiesta.
El bautizo dio inició a las dos de la tarde y me pareció una ceremonia breve y bonita. Isabel se comporto de maravilla, paso buena parte durmiendo y cuando llegó el momento de que la bañaran con agua bendita no lloró, al contrario, parecia que le agradaba.







Al terminó de la ceremonia nos fuimos corriendo al salón, que por cierto, es el mismo dónde bautice a mi Constanza. Ya desde que llegamos la gente me requería, para saber dónde podían sentarse, etc. Edgar, la madrina (mi hermana menor), e Isabel y yo esperamos un poco para entrar al salón, dando tiempo a que la gente terminara de llegar. Aunque ya se veía bastante gente. 


Recibieron a Isabel con la canción que lleva su nombre y que interpreta Luis Miguel. Nada más entrando y viendo a toda la gente reunida para festejar con nosotros se me erizo la piel. Todo estaba perfecto, todo como lo habíamos soñado. Los centros de mesa lucían hermosos y fueron sumamente especiales pues fueron obsequio de mi concuña y mi cuñado (hermano de Edgar), la mesa de dulces fue obsequió de mi hermana Melina y me encantó. 
Se les ocurrió pedir que diéramos unas palabras y sólo pude dar gracias por haber estado con nosotros después de dejar atrás un año tan difícil. Al tiempo que hablaba se me quebraba la voz, y unas lagrimas de felicidad escurrían por mis mejillas. Tenía a mi gordita en los brazos y me llenaba de dicha festejar su primer año, luego de una llegada tan incierta, de momentos tan tormentosos, de escuchar muchas veces que ella tenía pocas posiblidades de sobrevivir, después de escuchar que estaba en estado de gravedad y deprimida, después de no poder cargarla, besarla o abrazarla los primeros días de su vida. Y ahora puedo comermela a besos todos los días, y estábamos ahí, estallando de alegría, brindando por su vida y presentándola ante Dios como hija suya.

Todo me gustó de la fiesta. La comida fue amenizada por un mariachi que le puso humor a la tarde. El conjunto músical también fue de mi agrado, amenizan muy bien el evento con botargas, animadores y batucada.





Los recuerdos los hicimos en casa, y elegimos jabones de glicerina, crema humectante y gel desinfectante para manos. Los pusimos en una caja de acetato acompañados de una toallita facial. 
Además de esos recuerdos, mi tía y tío (hermano de papá) apapacharon a los invitados con velas aromáticas, pequeños dulceros y libretas de notas. Todos esos detalles me fascinaron y mi corazón estaba inmensamente agradecido por todas esas muestras de afecto que nos brindaron. Mi suegra preparó unas nueces confitadas deliciosas que puso en frascos de papilla para bebé y dejo en las mesas para que los invitados pudieran saborearlas. Y mi tía Lidia junto con mis primas nos prepararon manzanas con chamoy para la mesa de dulces.

Recibimos muchos regalos, al menos desde mi punto de vista, incluso papá dijo que Isabel era la bebé que más había recibido regalos en una fiesta. Y además de sus regalos, mis papás ya le habían obsequiado días antes un coche montable. Recibió mucha ropa y que bueno, porque Isabel crece a paso acelerado dejando la ropa rápidamente.

Terminé agotada pero sumamente feliz y muy agradecida con la vida. Ha sido un año maravilloso, con un inició muy doloroso pero una vez que salió Isabel del hospital todo ha ido viento en popa. Lo mejor de todo fue festejar en familia, con mis dos princesas ¿Y a ustedes les gusta festejar los cumpleaños?

12 sept 2017

Bautizo en puerta

Estamos a poco más de mes y medio de que Isabel cumpla su primer año y con la celebración de su primer cumpleaños queremos realizar la celebración de su bautizo.

Es una locura total para mi encontrar el tiempo para organizar todo. Quizá debí recurrir a una planeadora de eventos, pero ya saben, soy de esas quisquillosas que le encanta este tipo de eventos y realizarlo todo por propia cuenta, además también así ahorro dinero, lo cuál en tiempos de pañales y leche me viene muy bien.

La verdad estaba muy indecisa en la temática para decorar todo, primero había elegido Plaza Sésamo, luego estaba entre unicornios, pero la verdad es que sentía que contrastaban con lo solemne de la celebración. Incluso al principio habíamos decidido hacer el festejo en un salón de eventos infantiles, pero luego decidimos que la ocasión ameritaba algo más formal por lo que elegimos un salón de eventos sociales.

He decidido hacer yo misma las invitaciones, y en eso estoy con la ayuda de Canva y de Photoshop.
Aún no decido los recuerdos ni demás decoración pero se aceptan sugerencias.

Ya les iré compartiendo poco a poco el avance de nuestrso preparativos y las manualidades que vaya preparando. Por ahora les dejo un poco del diseño de la invitación.



24 ago 2017

Vacaciones Parte 1. El primer viaje de Isabel a la playa

No fueron las primeras vacaciones de Isabel porque de hecho las primeras fueron a las grutas y otras más a Querétaro, pero si fueron las primeras en la playa.

Una semana antes de que finalizara el ciclo escolar y los niños tuvieran sus vacaciones oficiales, decidimos ir a Acapulco. La idea principal era ir los 4 a Cancún, pero en lugar de eso, Edgar tuvo una fantástica idea: llevar a nuestros padres con nosotros, entonces cambiamos el destino y ajustamos el presupuesto para ir todos. Mi suegro no pudo acompañarnos, sin embargo fueron mi cuñada y mi suegra, mis papás y mi hermana.

El viaje fue un poco largo, aproximadamente entre 6 y 7 horas, pero Isabel se portó de maravilla y durmió la mayor parte del camino.

Llegamos por la mañana al hotel y ese día decidimos no ir al mar para quedarnos todo el día en la alberca del hotel. Claro que como el hotel se ubica en el centro, salimos a caminar al mercado, y a recorrer el centro de noche, pues nos encanta ver los establecimientos llenos de gente, y las calandrias con sus hermosas luces coloridas recorriendo la gran avenida. ¡Estamos enamorados de Acapulco! ¿Y cómo no? Si allí hicimos nuestro primer viaje juntos como novios y fue una autentica luna de miel, la belleza del sitio es acompañada por aquellos gratos recuerdos que Edgar y yo conservamos.

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Constanza la paso fascinada en la piscina, ya sabrán lo que cuesta sacarla, prácticamente no quiere salir del agua en todo el día. El primer contacto de Isabel con la alberca fue maravilloso, no se asusto ni le disgusto el agua, por el contrario parecía encantada y paso un buen rato entre carcajadas mientras descubría que con sus manitas podía chapotear. Todos estaban embobados viendo a Isabel disfrutar la piscina.

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Llegamos un jueves y regresamos el domingo. Viernes y sábado visitamos alguna playa por la mañana y finalizamos la tarde en la alberca del hotel.

A Isabel también le agrado su primer contacto con el mar, sin embargo decidimos no exponerla mucho tiempo pues iba con rozadura y temíamos que la sal del mar y la arena le causaran molestia alguna. Y pese a su rozadura en ningún momento estuvo irritable o chillona, es una gran bebé.
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El día sábado tuvimos una mala experiencia en el mar, pues Constanza nos dijo que algo le había picado, la piel de su cuello se puso roja y con salpullido y mi niña se puso a llorar, preguntamos con los lugareños qué pudo haberle picado y nos dijeron que lo más probable es que la hubiera picado una "malagua" (algo así como una pequeña medusa), nos recomendaron no untarle nada y esperar algunos minutos para que las molestias pasaran. Después preguntamos con alguna persona del servicio médico y la indicación fue parecida, en pocas palabras no había que preocuparse, solo esperar. Y así fue, al cabo de algunos minutos, la molestia se fue y su piel fue recuperando la normalidad. Evidentemente Constanza no quiso saber nada más del mar.

El domingo finalizamos con un buen desayuno y dijimos adiós a nuestra aventura playera.

Fueron unas excelentes vacaciones que disfrutamos mucho. La realidad es que tenía otras expectativas: ya saben, imaginaba hacer un montón de sesiones fotográficas en la arena, y la realidad es que apenas si pude sacar la cámara, la mayoría del tiempo me dediqué a disfrutar a las niñas y de lo último que nos acordamos fue de las fotos, así que podría decir que la realidad supero a las expectativas.







Por otro lado, descubrí que no es lo mismo ir con un niña que con dos. En definitiva si no fuera por el gran trabajo en equipo que hacemos mi marido y yo, estaría perdida. El se quedaba con Constanza a jugar en la alberca mientras mamá tenía que hacer repetidas salidas del agua para cambiar el pañal a Isabel, darle de comer, dormirla o bañarla. No es lo mismo con Constanza que puede estar todo el día metida en el agua y hacer contadas salidas sólo para comer algo rápido, que con Isabel a la que no podíamos tener todo el tiempo en la piscina.

Lo indispensable para el viaje


Mi primer artículo indispensable es el bloqueador, y vaya que resultaron buenos pues por primera vez regresamos sin quemaduras ni molestias en la piel.






Para Constanza usamos "Nivea Sun Kids Swim & Play" y para Isabel "Dody´s Baby". 

Cargué con un montón de mamilas para no tener que preocuparme porque se acabaran rápido y no poderlas esterilizar. Siento que con el calor la bebé tenía que estar muy bien hidratada, y dar el pecho saliendo del mar, llena de sal y con quién sabe que otras sustancias no me parecía tan buena idea.

Unas buenas gorritas para cubrir a Isabel del sol y gafas para las tres, aunque Constanza jamás quiso ponerse unas. Esta ha sido nuestra primera parte. 

Estén pendientes mamitas pues por primera vez tendremos #sorteo en el blog, y vienen muchos más. Estamos muy emocionados de contar con ustedes y por eso queremos consentirlas.

Editada por Wendolin Vera. Con la tecnología de Blogger.