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17 mar 2021

Emprendiendo en cuarentena

Quizá ni lo han notado pues ya es costumbre mía dejar el blog empolvarse por algún tiempo, después vino la pérdida de mi papi y no tenía ganas de nada así que mi blog pasó a último lugar y ahora que recobró fuerza y ganas estoy muy metida con mi nuevo trabajo, lo que emprendí hace un año en cuarentena y puedo describir como mi trabajo ideal.


No saben lo bendecida, agradecida y afortunada que me siento, de poder generar ingresos realizando algo que en verdad me apasiona y más aún, de que a pesar de la situación que se vive en el mundo, no me falte el trabajo.

Me animo a platicarles sabiendo que estos temas del emprendimiento y del trabajo desde casa es un tema que buscamos mucho, que nos llama la atención sobre todo a quienes somos mamás y queremos descubrir la fórmula mágica.

No hay fórmula mágica, sólo trabajo, dedicación e invertir tiempo. Es importante aclarar que si piensas que no se lleva mayor esfuerzo, estás en un error, hay que invertir horas y horas, hay días que no hay tiempo para nada más y otros que cuando ves ya se te fue una jornada de más de 10 horas, pero ¿sabes qué? Cuando es algo que te mueve, que amas, que te apasiona, no se siente el tiempo, es más, quisieras seguirte de filo hasta ver terminado lo que te has propuesto.

Esa es la principal clave: saber encontrar eso que verdaderamente nos mueve.

Lo segundo: hay que picar piedra muchas veces.


¿Y cuál es ese emprendimiento misterioso?


Realizo invitaciones, principalmente video invitaciones para cualquier ocasión.

Y aunque hace tiempo ya lo había intentado sin éxito, lo intenté una vez más hasta que se vendió una, dos, 10 y ahora hasta perdí la cuenta.

Hoy las video invitaciones están muy de moda pues son prácticas, ecológicas al no imprimir papel que se va a la basura y ahorrar tiempo al entregarlas directamente por whatsapp.

En un principio me cuestioné si era un buen momento para invertir tiempo creando invitaciones cuando el mundo entero se colapsaba con la llegada del COVID-19 sin embargo, para sorpresa mía, se vendían y se vendían bien las invitaciones pues aunque fueran pequeños, los eventos no pararon.

Espero en un futuro poder hablarles más a fondo del tema y poderles compartir todos mis tips porque sería maravilloso que cada persona pudiera encontrar ese algo que le fascina y dedicarse a ello. Estoy muy entusiasmada y con muchas ganas de crecer más y más y para ello trabajo todos los días y constantemente estoy tratando de innovar.

De momento me siento muy satisfecha y muy feliz.

En fin, eso era algo que quería contarles, quería saludarlas y decirles que las extraño mucho.

27 may 2020

Papá se fue al cielo... y la tristeza tocó a mi puerta

2019 y 2020 quedarán marcados para siempre en mi vida. No sé que venga en 2020, pero estoy segura que la herida que se ha abierto, tardará años en cicatrizar, si es que un día lo hace.
Creo que en muchas ocasiones les escribí sobre papá. El primer amor de mi vida, y mi ángel protector de siempre. Si con algo privilegió esta vida a mis hijas, fue con mis padres, abuelos excepcionales. Así pues mi papá siempre jugó un papel muy importante y activo en nuestras vidas; ir por Constanza a la escuela, jugar con Isabel, paseos, comidas y obsequios para las niñas. No hubo nada que mi padre no les brindara a sus nietas: tiempo, afecto, recursos, etc. Siempre procuró su bienestar.

Y justo cuando la vida parecía tan perfecta, cuando me sentía tan plena y estaba convencida de que nada nos faltaba, la enfermedad tocó a nuestras puertas. Papá se veía mal, y en el fondo creo que todos sabíamos lo que se venía.

Un frío noviembre dieron el temido diagnóstico, papá tenía cáncer. Desde aquel día nada volvió a ser igual. La noticia desmoralizó a mi padre, y la tristeza tocó a las puertas de mi hogar, venía dispuesta a instalarse, para sabrá Dios cuándo irse. Desde aquel día, la casa de mis padres, el hogar que algún día nos vio crecer, se pintó de miedo, nostalgia y preocupación. Iniciamos la batalla, aunque resultaba difícil pues creíamos que papá se estaba dando por vencido antes de tiempo. Fue increíble el cambio de mi padre, en una semana era otro ser totalmente distinto. No comía, sólo dormía. poco a poco el genio le iba cambiando, ya no era el señor alegre que algún día fue.

La doctora dijo que la enfermedad de mi padre era totalmente controlable: leucemia mieloide crónica. Dijo que con el tratamiento adecuado mi padre podría vivir más años. Pero papá parecía vencido. No quería comer, cada día estaba más delgado, por la noche dormía con el ventilador encendido, aunque afuera estuviera helando. El semblante le iba desmejorando y cada vez se veía más débil.

En casa se respiraba un aire de tristeza. Era mitad de diciembre y ni siquiera habíamos terminado de poner el árbol de navidad. Todo se volvía incertidumbre. Para ese mes papá ya había estado internado en el hospital, tenía una insuficiencia renal. Un doctor nos había dicho que no le daba más de dos años de vida, no sabíamos si hacer caso del optimismo de la doctora o del realismo del doctor. Era fácil decir que papá no estaba poniendo de su parte, no eramos nosotras las que estábamos en su lugar, las que padecían los síntomas, las que se sentían mal.

Llegamos a enero. Pensamos que papá había mejorado, pero por un paso hacia delante, se venían dos hacia atrás.

Una noche me dijeron que papá quería hablar conmigo. Sentí un fuerte dolor de estomago. Al entrar a la recámara, pude notar que mamá y mis hermanas lloraban. Lo primero que dijo fue:

-Tú tienes que echarle muchas ganas por tus hijas. No voy a salir de esto, mi cuerpo está muy deteriorado.
Ya no me lleven más al médico, no sigan gastando en algo que no tiene remedio.
Tienen que ser unidas, una manada.
No reprochen nada, mejor agradezcan los años que tuvimos, fueron algunos muy buenos.

Wendy no publiques en facebook que perdí la batalla.-Todas nos reímos en ese instante-

Nos contempló, y exclamó: "mis niñas".

Las tres estábamos ahí junto a él, al pie de la cama. Yo no podía llorar, no quería, no quería que me viera sufrir, quería darle serenidad, Acaricié su cabecita y le agradecí todo, le dije que lo amaba mucho al igual que mis hijas, y que ellas lo extrañarían mucho. 

Esa noche no pude dormir. Un ataque de ansiedad me invadió por la noche. Lloré mucho. Al día siguiente papá respiraba, yo pensaba que su cuerpo seguía dando batalla.

Un 10 de Enero, en pleno cumpleaños de mi hermana menor, papá tuvo una hemorragia en la nariz. Como no había nadie en casa más que yo y mis hijas, pensé que se trataba de un pretexto que mi padre utilizaba para no comer. La única que podía hacerlo comer era mi hermana menor y aún no llegaba. 

Llego mi hermana la mediana, le pedí que le insistiera a mi papá para que comiera. NO tuvo éxito, por el contrario comprobó que la hemorragia no le paraba y llevaba poco más de un par de horas así, por lo que de inmediato llamó a la ambulancia. 

Llegó el paramédico. Dijo que podía estabilizarlo sin necesidad de ir al hospital, pero esta vez papá pidió ser llevado al hospital. Ese día tampoco lo olvidaré. Cuando Edgar llegó y vio la ambulancia, entró a casa con el semblante palidecido. Estaban preparando a papá para llevarlo al hospital. Acababan de llegar amigos de mi hermana para pasar con ella su cumpleaños. 

En la puerta yo cargaba a Isabelita, junto a mi estaban Constanza y mi hermana menor Alma, afuera, junto a mi padre estaban mi hermana Melina y mi madre. Nos quedamos contemplando como se llevaban a papá en una camilla. No lo sabíamos pero esa era la última vez que papá salía de la casa.

Eso fue un viernes por la noche. Un lunes, 14 de enero, acababa de regresar de recoger a Constanza de la escuela. Estábamos comiendo, mi mamá y mi hermana menor estaban el hospital con papá. Yo traía prisa, quería que fuéramos a ver a papá. Iba a servir el arroz, cuando recibí una llamada del hospital, era mi hermana, me dijo que en cuanto pudiera me fuera para el hospital, pues la doctora quería hablar con nosotros. No hacían falta más palabras. Sabía exactamente a lo que tenía que ir al hospital. El hambre se me fue. Espere a Edgar para que nos llevara al hospital. 

Cuando salí, mi hermana menor había venido por mí. Estaba llorando. Salimos enseguida al hospital.
Para serles sincera, hubiera preferido más intimidad. Estaba lleno ya de familia. Justo en ese momento, todos querían ir a despedirse de mi padre. Yo sólo quería llegar y acurrucarme junto a él y a mis hermanas. Aguardamos el momento prudente para estar mis tres hermanas solas junto a él. Le dije lo mucho que lo amaba y cuan agradecida estaba por habernos dado una infancia tan feliz. Él sólo asentía con su cabecita y los ojos cerrados. Lo bese mucho. También le dije que aunque lo amábamos no queríamos verlo más sufrir, así que si había llegado su tiempo, podía irse tranquilo. 

Constanza no paraba de llorar. Ella y mi hermana menor eran quienes más me partían el corazón. Victoria, la menor, no se movía de su lado, se quedaba recostada junto a la camilla, acariciando el brazo de papá, de sus ojitos jamás cesaron las lagrimas. 

Después de estar toda la tarde y ya que era noche, me regresé a la casa con mis hijas y mi hermana Melina. Mamá y Victoria se quedarían con papá. Regrese a casa tan triste, con la esperanza de ver a papá en la mañana.

Nos fuimos a dormir. Apenas conciliaba el sueño cuando fuertemente golpearon la puerta de mi cuarto. Ya sabía lo que me dirían. Sentí un nudo en la garganta. Era mi hermana, para avisarme que papá acababa de fallecer. Se fue al hospital con Edgar, yo aguardaría a mamá para ir más tarde. A las cinco de la mañana me bañe. Ya no pude dormir.

Mi hermana menor vino a dormir un poco, y mamá a bañarse y cambiarse de ropa. Ayude a mamá a seleccionar ropa para papá. 

Nos fuimos al hospital. Ahí estaba papá, los ojitos cerrados con cinta adhesiva, envuelto en una sabanita blanca con los brazos cruzados, su cabecita cubierta con otra sábana blanca, como un muñequito dormido. Que dolor ver su cuerpo inerte, que dolor saber que ya no despertaría más. La imagen más triste que ha de acompañarme hasta el fin de mis días. Me acerqué a besarle la frente. Increíble que ese cuerpo fuera el mismo que acababa de besar unas horas antes, toda calidez se había escapado, ahora era un tímpano de hielo. Lloré en su pecho. Mi muñequito bello, repetí. Ahí aguardamos unas horas hasta que estuvo listo el certificado de defunción.

Nos fuimos a la casa, a esperar a que el cuerpo fuera llevado a la funeraria. Cuando entre, y vi a mi papi en una caja, sentí un vértigo, sentí desmayarme, pero siempre conservé la cordura y la fortaleza, aunque por dentro estuviera deshecha.

Edgar y yo fuimos a comprarle flores a papá, pero cuando regresé a la funeraria, el lugar estaba repleto de flores. Me dio alegría, aunque no deje de pensar ¿por qué esperamos hasta ese momento para demostrar el afecto? ¿por qué no le enviaron todas esas flores cuándo papá dio aviso de su enfermedad?, ¿por qué no se reunieron todos a verlo cuando aún era tiempo?, seguro que le habrían inyectado otro ánimo. Sí, hubo mucha gente, muchas flores y muchísimas muestras de afecto. 

Sí, a quién más admiro hoy es a mi madre, y le estaré infinitamente agradecida toda la vida pues no escatimo en recursos para tratar la enfermedad de papá, en medicamentos, especialistas, estudios, en nada. Gasto hasta el último centavo con la esperanza de recuperar la salud de mi padre, y aún en sus últimos instantes, siguió sin escatimar, todo con tal de que papá tuviera una muerte tranquila, sin sufrimiento, un buen morir. Es una fregona en todos los sentidos de la palabra, no pidió nada a nadie, y eso le permitió llevar el control de todo, decidir que era lo mejor, el dónde, cuándo y cómo respecto al funeral, respecto a todo. 

Aquí estoy intentando pintar mis días nuevamente que se empañaron de gris. Caminando con una nube gris que empaño todo lo que un día vi en colores brillantes, preguntándome si algún día volveré a ver la vida igual.

Aquí estoy suspirando mil veces, añorando el pasado, extrañando a papá. Aquí estoy con el dolor de la ausencia, el silencio infinito y las mil preguntas de Isabelita que aún no alcanza a comprender el significado de la palabra "Morir" o "fallecer". 

Aquí estoy, reconstruyendo mi vida, intentando avanzar, aunque hay días en los que me siento como barco a la deriva, perdida, sin saber si voy o vengo, sin saber que de mi será.

Aquí estoy, recordando siempre a papá.

PD. Este texto lo escribí hace algunos meses, cuando incluso no tenía ganas ni de publicar. Hoy, creo que el tiempo ha hecho su trabajo, el dolor jamás se va pero s se diluye el sufrimiento, jamás te acostumbras a la ausencia, pero aprendes a vivir con ella. Poco a poco las cosas recobran el color, no el mismo, pero todo se empieza a acomodar. 

11 nov 2019

Nos fuimos al cine solos, después de muchos años

¿Acostumbras darte escapadas con tu pareja después de haber tenido hijos? La verdad, en cinco años yo nunca lo había hecho, acá te cuento mi experiencia.

Todo ocurrió con el pasado estreno del Guasón/ Joker/ El Bromas (como quieran llamarle). Entre tanta popularidad y al ser uno de los villanos más emblemáticos del mundo DC Comics, por supuesto que teníamos muchas ganas de ver la cinta, pero regularmente acudimos al cine en familia. Sin embargo, esta vez, comencé a leer algunas recomendaciones dónde sugerían no llevar a menores de edad a la función, por el alto contenido de violencia implícito en la película. Así que la opción de ir en familia fue quedando descartada, aunque Constanza moría de ganas por verla, tiene apenas 12 años y no creí que fuera prudente ignorar todas esas recomendaciones. 

Pronto la mayoría ya habían asistido a ver la taquillera película. Nosotros, simplemente teníamos las ganas, ya habíamos pactado que la veríamos pero no habíamos fijado una fecha así que yo me iba olvidando del asunto, hasta que un día sorpresivamente Edgar me dijo que nos organizáramos para encargar a las niñas y poder ir a ver El Joker.

Pero no fue tan sencillo 

Quedamos un martes. El intentaría llegar más temprano de lo habitual para ver la función de las siete de la noche. No queríamos verla muy tarde para que no nos venciera el sueño y para no desvelarnos tanto pues al otro día nos esperaba la rutina matutina. Además queríamos regresar y estar un tiempo con las niñas. Sí, mis hijas aguardan mucho su llegada y son felices cuando lo ven entrar por la puerta, e Isabel no puede esperar para hacerlo jugar con ella. Así que no queríamos arrebatarles esos instantes, ni un día. 

Total que me apresuré con mis cosas para cuando el llagara. Sin embargo me preocupaba el asunto de dejar a las niñas, la única persona que se que las cuida con mucho gusto es mi mamá y precisamente a esa hora iba al gimnasio. Pensé que las podría cuidar mi hermana Victoria, aunque no me convencía la idea del todo. Total que llegó Edgar y lo primero que Isabelita hizó fue correr a abrazarlo y a jugar con él. Yo sentía un poco de angustia porque no llegaba mi mamá y Constanza aún no terminaba su tarea. Nos miramos fijamente y lo primero que Edgar me dijo fue: - siento feo irme ahorita, ¿y si nos vamos más tarde?

Sonreí aliviada. Yo tampoco quería salirme y que Isabelita se quedara llorando. Así que optamos que lo mejor sería que Edgar jugara con ella un poco para después dormirla e irnos cuando ya ambas niñas estuvieran en cama. Sin embargo, a la hora de dormir a Isa vi que Edgar se había quedado dormido. No quería despertarlo pero tampoco quería perderme la función de las nueve, así que lo deje dormir un poco y después no dude en despertarlo.

Las niñas se quedaron en cama, acostaditas y arropaditas. Le pedí a mi mamá que les echara un ojo, y por primera vez, en cinco años que llevamos de casados, cruzamos la entrada de un cine solos, tomados de la mano, como cuando novios, como hacía mucho mucho que no lo hacíamos. 

Salidas en pareja 

Es increíble, creo que este asunto no se nos da también. No dejamos de pensar en las niñas todo el tiempo. Jaja incluso al pedir nuestras palomitas, no dejamos de pensar en lo que les gustaba a las niñas. 

Uff, algunas personas aseguran que esas salidas son buenas. No lo dudo, y no descarto repetirlo. Sin embargo creo que nos costó mucho trabajo a nosotros hacerlo. No porque no nos disfrutemos como pareja, sino porque las niñas se han vuelto una importante prioridad en nuestras vidas y la verdad las salidas en familia son nuestras favoritas.

Las únicas salidas que nos damos juntos en pareja son los días en que vamos a dejar las cartas a Santa Claus y a los Reyes Magos. Y sí, las disfrutamos mucho, salimos juntos, tomados de la mano, nos paramos a comer, y vamos todo el camino emocionados cual niños pequeños, de imaginar las caritas de magia e ilusión de las niñas al recibir sus regalos. 

No descarto otras escapadas al cine en un futuro. Se nos ha hecho tan común que nuestras vidas giren en torno a las niñas, que quizá sea difícil de pronto cambiar el ritmo. Por otro lado, creo que hay tiempo para todo, y se que en algún punto de la vida, mis hijas dejarán de depender de mí, sobre todo Isabel, Constanza hoy empieza a despegarse de mamá, sin embargo Isabelita, no nos suelta ni a sol ni a sombra.

PD. Así encontré a mis niñas al regresar. 

¿Cómo es su experiencia en estos temas? Denme sus consejos por favor.

13 may 2019

Resumen de Vacaciones de Semana Santa

Como todas las vacaciones, se me fueron volando y me costo mucho trabajo volver a la rutina, pero esta vez siento que, como pocas veces, aprovechamos al máximo los días de descanso.

Muchas veces se acaban las vacaciones y en realidad no sé ni en qué se me fueron tantos días. Literal, me dedico a descansar, pero las niñas a veces no están tan divertidas. A diferencia de otras ocasiones, hoy descansamos menos y las niñas se divirtieron más. 

Los primeros tres días de la primera semana los ocupamos arreglando la casa, y alistando maletas. Sí, ese es el promedio de días que necesito para garantizar que nada importante se me olvidé al salir de viaje, y aún así, olvidé la toalla de Isabel que quería llevar. Nada que no se pudiera solucionar, simplemente llevamos otra. Los cuatro días restantes fueron de delicia total en la playa.

Mis papás nos invitaron a Acapulco, cosa rara porque a ellos no les gusta viajar en plena Semana Santa por la gran afluencia de personas que hay en los destinos turísticos. No lo pensamos dos veces, Constanza inmediatamente se emocionó. 

Y aunque el trayecto fue largo por culpa del tráfico, las vacaciones bien valieron la pena. Nos hospedamos en un departamento que rentaron mis papás, y las habitaciones tenían una vista espectacular. La verdad es que me relajaba demasiado acostarme y contemplar a lo lejos la inmensidad del mar rodeada de imponentes rascacielos. Fue una delicia contemplar el anochecer y el amanecer desde aquel lugar. 



A diferencia de los hoteles, había poca gente en el desarrollo, o esa impresión me dio pues siempre pudimos disfrutar la alberca sólo para nosotros. 

Teníamos un poco de miedo de meter a Isa a la piscina. Nuestras vacaciones de Diciembre fueron una pesadilla pues Isa iba enferma y conforme pasaron los días todo se fue complicando. Como nuevamente Isa había estado enferma de la gripa, temíamos que de nuevo todo se complicara. De hecho habíamos decidido desistir del viaje si Isa continuaba enferma, pero fue mejorando al paso de los días y la playa le cayó de maravilla.



Desde muy bebé Isa ha disfrutado mucho de la arena, y no fue la excepción. Se dio una súper revolcada. Y yo estaba fascinada porque en vísperas de la Pascua, la playa ¡estaba llena de huevos ocultos entre la arena! Ya sé que por ahí había gallinas, pero me entusiasmaba cada vez que mis hijas jugando encontraban un huevo enterrado entre la arena. 

Ya se imaginarán, ambas chiquillas disfrutaron en exceso la piscina. No querían salir de ella. Eso sí, Isabelita no quería utilizar los flotadores ni el salvavidas, sólo quería estar en brazos de todos. 











Disfrute mucho esos días junto a mi esposo, las niñas, mis hermanas, mis papás y mi abuelita. 

La siguiente semana fue reacomodar y lavar ropa los primeros días. Para el día jueves le pedí a Edgar que me ayudara a ponerles la alberquita a las niñas. Y por supuesto, fue mi cómplice. Así que fue otro día de agua y diversión. Además cuando ponemos la piscina, inmediatamente se acercan los vecinos curiosos que quieren divertirse junto a las niñas, así que tuvimos alberca llena, casa empapada y papás que terminaron agotados. Lo fácil es poner la alberquita, lo difícil después es vaciarla, tratando de aprovechar lo más que se pueda todo el agua, lavarla, ponerla a secar y guardarla nuevamente. Para no tirar el agua, regamos el pasto y todas nuestras plantas. me puse a lavar juguetes, un poco de ropa, el patio y a trapear tooooda la casa. Terminé exhausta. 


Unos días antes de concluir las vacaciones, fuimos invitadas por parte de Mom´s Club a un evento de grupo Vinci y Dixon que Isabel disfruto al máximo.

Finalizamos las vacaciones con la invitación de los abuelos al cine, y el domingo a desayunar a la plaza e ir de compras. La verdad es que los abuelos nos súper consintieron y disfrutamos mucho las vacaciones. 



Necesitaba ese respiro para conectar con mis hijas y retomar fuerzas para finalizar el ciclo escolar.
Había estado con algo de "flojera" para retomar el blog, pero ya hemos recargado pilas y ahora a contínuar. 

Ustedes cuéntenme qué hicieron en sus vacaciones. 

24 abr 2019

SOS Adolescente en casa

¿Tienen adolescentes en casa? ¿Algunos tips para sobrellevar esta etapa con los hijos?


No quiero comenzar poniendo etiquetas a esta etapa de la vida por la que Constanza comienza a transitar, pero debo reconocer que me está costando algo de trabajo.

Me desconcierta que mi hija ya no sienta atracción por los juguetes, que de pronto sus gustos hayan cambiado y que esté tan rebelde. No acepta para nada el consejo de mamá para vestirse o peinarse, y supongo que es lógico, pues está en la búsqueda de su identidad.

No quiero declararme como su principal enemiga, quiero acompañarla de una manera cariñosa sin hacerla sentir que estoy en su contra o que no apoyo sus decisiones.

Uff, para ser honestos, siento que los años se me fueron como agua y hoy me encuentro con una hija que ya no es una niña. La verdad creo que no estaba preparada jaja. Así que ahora, tendré que informarme más y buscar la manera de ser la mejor guía de mi hija.

Sé que se vienen muchos cambios en su vida, y quiero estar preparada. Quiero ser honesta y trabajar en lo que creo que estoy haciendo mal como madre, por ejemplo; me cuesta mucho trabajo reconocer que mi hija ya es capaz de tomar sus propias decisiones, todavía quisiera ser yo quién elije su vestimenta, su peinado y decirle todo el tiempo qué hacer. Pero también quiero ser firme y saber poner límites. 

Mamis, les soy honesta, la verdad tengo miedo. Soy una mamá asustada que también esta adoleciendo los cambios de su hija. Me asusta que ya no quiera estar conmigo, que ya no me pida que juguemos, que yo ya no sea su mundo absoluto. 

Leo las primeras entradas de este blog y no puedo creer que mi bebé ha crecido tanto. Hay días en los que me siento tan nostálgica. Pero sé que aunque las cosas cambien, todavía puedo seguir disfrutando momentos con mi hija y eso es lo importante. buscar fortalecer nuestro vínculo ahora más que nunca. 

Mamis si ya han pasado por esta etapa, les agradeceré mucho sus consejos. Yo por mi parte estaré buscando información, consejos y tips, y por supuesto, los compartiré con ustedes.

14 ene 2019

Resumen de las vacaciones de Invierno 2018

Ya estamos con nuestra mejor sonrisa y todo el entusiasmo iniciando un año más. Como siempre, las vacaciones se fueron como un suspiro, eso sí, dejando muchos gratos momentos, lecciones y un montón de aprendizaje.

Iniciamos las vacaciones con el inicio de las posadas. No saben lo emocionada que estuve esos días, pues para nosotros las posadas no eran algo común, y de pronto ya se habían organizado 5 posaditas en nuestra cerrada, el mayor número de posadas a las que hemos ido. Lo confieso, cuando tocó nuestro turno de organizar y preparar una, estuve algo estresada, y muy atareada, ni pude tomar fotografías por estar metida en la cocina, pero a final del día, disfruté mucho el resultado. Eso sí, me lucí con una horchata caliente, que la mayoría de mamás y niños me elogiaron. Jaja un día eres joven, y al otro día te sientes muy feliz por cosas como ésta. Y por si ustedes no conocen la receta, y la quieren, la pueden encontrar por aquí.

Las posadas, más allá del goce de los niños y de dejarnos muchos dulces, me permitieron convivir y conocer a profundidad a algunos de mis vecinos. Saber un poco más de sus vidas, de sus costumbres y sobre todo, nos permitieron compartir. Cada día, cada vecino compartió dulces, piñatas, un poquito de su sazón y de su tiempo.  Aunque fueron noches muy frías, las volvería a repetir.

Después llegó la navidad, y Santa Claus que dejo tenis para las niñas, y la semana siguiente se paso muy rápido, pues esperábamos con ansia fin de año para salir de vacaciones. Sin embargo, desde el viernes 28, Isabelita tenía mucha tos así que la llevamos con el pediatra. Le recetaron medicamento y aparentemente podía salir sin ningún problema. ¡Error! todo en el viaje se complico.

Llegamos a Guanajuato el día sábado. No saben lo que amo este lugar. Me parece tan romántico que la idea de compartir este viaje con Edgar y mis hijas me daba mucha ilusión. Además iba con nosotros mi abuelita, y obviamente mis padres y mis hermanas. Llegamos al hotel y todos se metieron a la alberca, menos Isa que seguía con mucha tos. Y daba señas de no sentirse bien, pues cuando intentamos llevarla a la alberca se soltó a llorar.




Al día siguiente la vimos más alegre y creímos que sería bueno meterla al agua ya que ésta era termal. Isa estaba muy contenta, incluso hizo berrinche cuando la sacamos. Después nos fuimos a Dolores, Hidalgo. El sitio estaba lleno de gente, tanta, que para comprar un chicharrón preparado hicimos fila por poco más de una hora. Hacía mucho aire y mucho frío así que Isa siguió con más y más tos y empezó con vómitos de flema. El 31 amaneció tan malita, que pasamos buscando un doctor en San Miguel de Allende. Como no había, fuimos a Dolores y con trabajos dimos con una clínica. No había pediatra, pero nos atendió un médico general, dijo que había que ser enérgicos con el medicamento para que la bebé no empeorara y la tuvieran que internar. Le cambió todas las medicinas y le indico nebulizaciones. Mis padres compraron un nebulizador para que la niña pudiera recibir su tratamiento sin problema mientras estábamos allá. El doctor dio la orden de que Isa tenía que estar encerrada, así que con ello dijimos adiós a la posibilidad de poder salir por la noche a recibir el año en medio de fuegos pirotécnicos, tumulto y música. La verdad no le queríamos arruinar la noche a mis papás, les dijimos que ellos salieran, pero insistieron en quedarse en el hotel con nosotros. Mis hermanas y Constanza se fueron, al menos me alegra saber que mi hija disfruto la víspera de año nuevo, fueron a un restaurante y tuvieron una deliciosa cena y una gran celebración mientras recibían el 2019. Nosotros nos quedamos en el cuarto del hotel, cenamos con mis papás y mi abuelita romeritos y sandwiches de jamón. Nos abrazamos fuertemente mientras le pedíamos al año entrante salud, para no sufrir los estragos que deja la enfermedad.











A nuestro regreso Isa parecía empeorar, venía con fiebre. Llegamos a la casa de mis papás el lunes 2 de enero. Le dimos el medicamento a Isa y esperamos al otro día para llevarla nuevamente con su pediatra. Ya para el martes Isa se mostraba muy decaída, no estaba comiendo y apenas si se mantenía despierta. Acudimos con el pediatra, este le puso un aparato en su dedo para ver cuánto oxígeno estaba saturando la bebé y nos dijo que la cantidad de oxígeno estaba muy por debajo de lo normal, le hicieron una placa en ese momento y la noticia que nos dio el pediatra nos hizo un hueco en el corazón: la bebé necesitaba ser internada de inmediato. Sentí unas inmensas ganas de llorar, odio los hospitales, los momentos más angustiantes de mi vida los he pasado ahí. Nos sentamos a pensar qué haríamos y a dónde la llevaríamos. Mi primera sugerencia fue llevarla a La raza, el hospital dónde nació. Pude ver la cara de Edgar, realmente no deseaba que fuéramos ahí. Lo que nos quedaba era internarla ahí mismo, dónde estaba el pediatra que nos atendía. Claro que no teníamos contemplado ese gasto y nos agarraba en curva después de todos los gastos de diciembre, sin embargo y como siempre, mis papás nos dieron el dinero, mientras nosotros esperábamos a recibir la caja de ahorro que Edgar recibe cada año a principios del mes. 


Lo cofieso, el dolor de ver a Isa canalizada y mal, es menor cuando te permiten estar acompañando a tu bebé en todo momento, cuando dejan que ambos padres estén presentes y puedes recibir visitas que te brinden apoyo y te permitan que el proceso sea más llevadero. Mis papas estuvieron junto a nosotros, ni un sólo día nos faltaron y llegaban para llevarnos algo de desayunar y que Edgar y yo pudiéramos ir a bañarnos. El proceso fue menos cansado, en el hospital teníamos todas las comodidades y nadie nos llamaba la atención si teníamos el celular afuera. También recibimos la visita de mis suegros, un día acompañaron a mis padres para cuidar a Isa. También fue mi abuelita y mi tío Ariel con su esposa y mi prima Mari. Finalmente dieron de alta a Isabel el día 5 de enero, presiento que lo hicieron en un acto compasivo para que Isa pudiera recibir a los Reyes Magos en casa.




Pudimos gozar de una mañana de reyes en familia, todos juntos y en casa de mis padres. Así despedimos unas agetreadas vacaciones. No fueron lo que habíamos contemplado, Edgar había pedido vacaciones esos días para poder jugar con las niñas y disfrutar nuestra casa, sin embargo, por obvias razones, pasamos la última semana en el hospital y nuestra casita se ha quedado solitaria muchos días. 

Isa sigue con medicamento y mejorando cada día. Constanza ha regresado a clases muy entusiasmada y yo sigo aquí, con mucho entusiasmo de recibir un nuevo año junto a mi amado blog y con la compañía de ustedes, mis queridas lectoras.


Cuéntenme qué fue de sus vacaciones, las quiero leer.
Editada por Wendolin Vera. Con la tecnología de Blogger.