Mi vida transcurría normal hasta que un día abriendo mi face vi una solicitud de amistad que perturbo mi existencia. Era una solicitud del padre de Constanza que seguramente llegó a mi face por equivocación, por que algún día me tuvo en sus contactos de hotmail.
La invitación estaba pero evidentemente no la aceptaría, ¿para qué?
Pero no pude quedarme tranquila y olvidar el asunto tan sencillamente. Entré a su muro y entonces descubrí que tiene un par de hijitos más. En un comentario decía que fue a ver a sus bebés, lo cual, lo admito, me cayó como cubetada de agua fría. Mentiría si dijera que no me siento mal y que hasta sentí ganas de llorar... ¿Que fue lo que falló? ¿Por qué es a mi hija a quien priva de su existencia?
Me duele, se han removido muchos pasajes en mi vida y me duele me duele saber que ese cabrón anda por ahí jugando al buen padre y no ha reconocido a su hija. Es difícil.
Se bien que Edgar esta aquí y es bien cierto que padre es aquel que cría no el que engendra sin embargo no puedo hacerle al tonto e invitarme a mi y a mi hija una fantasía bonita diciendo que Edgar es el padre biológico. Y Edgar se molesta si me refiero a él diciendo "el padre de mi hija" ya que el considera que ha hecho demasiados esfuerzos como para ganarse ese titulo. Y se los reconozco, y el tiempo lo recompensara y ya lo esta recompensando por que Constanza lo quiere. Pero un día Constanza tendrá que saber que existe un padre biológico que no es Edgar y es entonces cuando me estrelló duro contra el piso pensando que esa idea pueda perturbar la felicidad de mi princesa.
Me remonto al pasado y entonces no puedo entender por que tenía que comportarse así! y me siento como la amante abandonada con la diferencia que yo nunca fui la amante.
Me duele tato por que no es nada fácil estar educando sola ni imaginar que Constanza no tiene a lado a su padre. Pero tengo que agarrar la fuerza no se donde, sacar el coraje y las agallas y seguir adelante.
Llorare un poco hasta que sienta que mi alma se sienta un poco más tranquila y ya mañana será otro día. Pero es bueno reconocer que hoy me siento así.
Y esto solo ha hecho que acrecenten mis ganas de iniciar el juicio de reconocimiento de paternidad, y ni modo, voy a exigirle una pensión alimenticia, por que no voy a quedarme de brazos cruzados viendo como la vida pasa, viendo como juega al gran papá mientras yo estoy aquí con mi princesa.
Chicas las quiero mucho!