A menudo leo muchas opiniones sobre las bondades del parto natural, menos veces sobre las ventajas de la cesárea. Opiniones a favor y en contra pululan la red pero es de saberse que cada quien habla de acuerdo a como le fue en la feria.
A veces leo que una cesárea disminuye el gran esfuerzo al que se ven sometidos madre e hijo durante la labor de parto, otras veces he leído sobre la maravillosa e idealizada experiencia del parto natural.
¿Pero no será que estamos enfocando demasiada atención en un sólo aspecto de la maternidad y opacando otros aspectos de igual importancia? ¿No será que estamos dejando primar idealizaciones sobre otros aspectos de igual o mayor relevancia en la crianza de nuestros hijos? Hablando más concretamente me refiero a que nos estamos preocupando demasiado en la cantidad de cesáreas que a diario se practican, sin enfocarnos en lo que viene después. Si es cierto que el nacimiento es un momento determinante en la vida de nuestros hijos, tanto para la madre como para el bebé, pero esto no influye en la fortaleza del vínculo que creamos con nuestro hijo, si fuera así qué sucede con los niños que viven en hogares adoptivos? no tienen un fuerte vínculo con su mamá adoptante? el vínculo se fortalece día con día y de nosotros depende fortalecerlo o debilitarlo. Más que preocuparnos en el número de cesáreas que se practican al año, deberíamos de estar preocupadas en fomentar el vínculo con nuestros hijos, aún después de su etapa de bebés.
Muchos años viví frustrada por haber tenido a mi hija por cesárea, y me enfadaba leer a quienes presumían de un gran vínculo especial con sus hijos al haberlos parido naturalmente. Sin embargo empece a analizar mi entorno, y oh vaya descubrimiento, conocí madres que parieron naturalmente y que a los dos años, separadas de su pareja, decidieron abandonar a sus hijos, dejarlos crecer lejos de ellas. También he visto madres violentas, madres que golpean o madres que por flojera no dan pecho... ¿Qué clase de vínculo es ese? Y todo esto no está determinado por si tuvieron un parto natural o una cesárea. Esto tiene que ver con factores de educación, de madurez, de la infancia que las madres vivieron. En fin, deberíamos enfocarnos en propagar información que ayude a fortalecer el vínculo entre madre e hijo en lugar de condenar una circunstancia y otra.
Que les puedo decir, yo creo que la relación entre mi hija y yo es hermosa. Todos los días nos abrazamos, nos miramos, nos reímos, y nos repetimos lo mucho que nos amamos. Tengo una niña comprensiva que cuida de mamá cuando esta enferma, o que cuando me ve dormir prefiere no despertarme. Qué puedo decir si es mi hija, pero siendo muy objetiva tenemos un vínculo muy fuerte, y no es casualidad, lo fortalezco día a día con besos, cosquillas, un cuento, abrazos, paciencia, con tiempo y amor.
En conclusión, el vínculo entre una madre y su hijo no esta determinado por el tipo de parto que tuvieron, el vínculo es un lazo afectivo que se alimenta día con día y con hechos más que con palabras.