Debo decirlo, las horas previas al cumpleaños de Isabel fueron estresantes, muy estresantes. En pleno festejo sentía que me estallaba la cabeza y pocos momentos encontré para disfrutar de mi hija; cuando no había que recibir invitados, había que servir la comida, vigilar que nada faltara, repartir pastel, dulceros, ir por refrescos, poner servilletas y un largo etcétera. Además, cabe mencionar que Isabel a la hora de partir el pastel y romper la piñata, estaba algo inquieta y lloroncita, ¿y cómo no? si hubo que despertarla para poder cantarle las mañanitas antes de que los invitados comenzaran a irse.
Por eso creo que un festejo para un bebé de dos años no vale mucho la pena, a menos que sea un pastel sencillo en el ceno familiar. De hecho, cuando Constanza cumplió dos años, fue un festejo muy pequeño y lo disfrutamos mucho más. No sé cuando decidí que esta vez estaría bien extender un poco más la lista.
Y te cuento que mis papás mandaron a preparar la comida, ósea el estrés de ir a comprar y preparar alimentos me lo evité. Un día antes mi cuñado y mi esposo armaron la carpa y dejaron acomodado para la fiesta. Y a muchas otras cosas me ayudaron mis hermanas, papás y la familia de Edgar. Osea sólo tenía que decorar y ocuparme de mis hijas, y sin embargo, todo fue agobiante.
He aquí mi lista con otras razones de por qué no repetiría el mismo error dos veces:
La atención está en todo, menos en el festejado (al menos por parte de los padres).
Los bebés se engentan, es decir, se sienten agobiados ante tantas personas a las que no están acostumbrados.
Si es un bebé apegado a sus papás (como lo es Isabel) llorara cuando alguien más quiera cargarle.
Seguramente habrá que interrumpir la siesta ya sea para partir el pastel, la piñata o para que lo vean los invitados. Y eso sólo hará que el bebé este irritable.
El bebé ni se entera que es su cumpleaños.
No lo dudo que haya bebés súper sociables que les encante el alboroto. Ahora sí que cada mamá sabe lo que su bebé necesita y sabrá de acuerdo a sus características del niño, si disfrutara una fiesta de cumpleaños.
En lo personal, mi expectativa quedo muy alejada de la realidad: el día de su cumpleaños de Isa, que cayo en lunes, le compramos un pastel y en casa, los cuatro junto a mis padres y mis hermanas, le cantamos las mañanitas. Isa se reía y parecía muy emocionada. Pensamos que llegado el día de la fiesta la emoción sería mayor y no fue así, disfruto mucho más ese momento intimo, junto a las personas que ella esta acostumbrada.
En lo personal, mi expectativa quedo muy alejada de la realidad: el día de su cumpleaños de Isa, que cayo en lunes, le compramos un pastel y en casa, los cuatro junto a mis padres y mis hermanas, le cantamos las mañanitas. Isa se reía y parecía muy emocionada. Pensamos que llegado el día de la fiesta la emoción sería mayor y no fue así, disfruto mucho más ese momento intimo, junto a las personas que ella esta acostumbrada.
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