¿Quién diría que algún día encontraría emocionante otro deporte que no fuera la gimnasía? Y hoy me entusiasmo de ver a mi hija jugar, y le grito, y me apasiono cuando ella esta jugando. Ese sentimiento de orgullo y emoción, sólo lo conocemos los padres.
Desde pequeña mi gran pasión fue la gimnasia. En época de olimpiadas me sentaba frente al televisor sólo para ver a las gimnastas haciendo sus acrobacias en el aire. No había ningún otro deporte que llamara mi atención, ninguno me parecía interesante. Le insistí tanto a mi madre que me llevara a clases que accedió, y en verdad me gustaba. Fueron a clases mis hermanas, primas y amigas. Todas desistían, demasiado dolor. Pero para mi eso no era un impedimento, me esmeraba y cuando llegaba a casa seguía prácticando, quería avanzar rápido y llegar a niveles más altos. Recuerdo bien que mi querida profesora me felicitó, mencionó que había sido de las niñas que avanzó mucho en poco tiempo. Pero pasaron los años y comencé a sentirme incomoda, sentía que mi cuerpo y estatura no cuadraban con los estandares de una gimnasta: pequeña y delgada. Me sentía enorme y tan desarrollada. Así que pronto me aleje y no quise regresar más.
Cuando Constanza empezó a crecer, decidí que llevarla a gimnasia sería una buena idea, seguro heredaba mi pasión. Así algunos años la acompañé en sus prácticas, hasta que no quiso regresar más. A Constanza jamás le causo lo mismo que a mí, y tuve que comprenderla y apoyarla en su decisión.
Probablemente los deportes no le apasionen, pensé durante muchos años. Lo único que quería era que encontrara algo que la moviera, la entusiasmara, que la hiciera sentir feliz. Y un día me platicó que en la escuela practicaban Handball. Era parte del equipo de su escuela y además irían a competir. Lo admito, nunca había escuchado esa palabra, no tenía idea de qué deporte se trataba y jamás imagine que gozaría tanto su primer partido. Hace seis meses fueron a su primera competencia, !que emocionante! El equipo quedó en segundo lugar.
Hace unos días fui con ella a una competencia de práctica y el equipo femenil de Handball quedó campeón. Un par de días después estuvimos en el deportivo Reynoso en un nuevo torneo, y esta vez fueron campeonas. En verdad veo a Constanza apasionada con su deporte y me alegro tanto por ella, que ya estoy buscando apoyarla con clases extra escolares. Me quedo sin palabras para expresar lo que siento cuando veo a mi niña en la cancha.
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