6 nov 2012

Aún no salgo de una y estoy en otra...


De mi alma brotan amargas lagrimas que recorren mi corazón. Miro a la ventana extrañada. La vida me parece una locura, bella y cruel a la vez que apenas dura un instante. 

Vez a alguien  le sonríes, se comunican las almas, se crean vínculos afectivos, platicas,  ríes, andan juntos por el mundo y el presente en un segundo ya es pasado, en un segundo ya se fue. Y de pronto un día te despiertas con un rara sensación  y en el frío terrible de la mañana presientes un triste adiós.  Después descubres que esa persona ya no esta, ya se fue, y jamás ha de volver.

La gente viene y va, pero en ese vaivén se quedan vacíos, añoranzas, llanto mezclado con una sonrisa fugaz.
Yo todavía no soy inmune a la muerte, aún me consterna, me entristece, me daña. Aunque sea el pan de cada día, aunque sea la única garantía que adquirimos al momento de adquirir la vida.

Así fue mi mañana triste, desperté y me enteré que mi amigo HUMBERTO LANDEROS falleció este domingo de un derrame cerebral.

Lo conocí en agosto de 2010. Años atrás me había buscado constantemente para que hiciéramos una sesión de fotografía.  En principio desconfiaba de él así que me negaba a conocerlo, después de todo, nuestro contacto había sido sólo por Internet. Al fin, después de insistir y del transcurrir del tiempo acepté conocerlo.
Le explique que había tenido una hija y que mi cuerpo había cambiado, sin embargo él no dio importancia y fijamos fecha para nuestra sesión. Me mando su dirección y el día viernes 27 de agosto llegue como siempre, impuntual a mi cita.
Estaba nerviosa, pero no había desconfianza porque sus ojos eran transparentes y no reflejaban maldad alguna. Tomo su cámara, me dio indicaciones y me hizo sentir reina y hermosa modelo. "Mira aquí, mira allá, flash, flash, flash, sonríe, excelente". Me sentía amante y cómplice de su cámara. Charlamos mucho, entramos en confianza, abrimos nuestros corazones y así se dio el inicio de una linda amistad.

El era fotógrafo y también trabajaba en una revista de arte. Hacía exposiciones con todas sus fotos artísticas.

Después vinieron otras sesiones y hasta un "semi-desnudo". Pero no sólo nos veíamos para tomar fotografías. Nos reuníamos para platicar. 

La tarde que recuerdo por ser mi favorita, es aquella en la que fui a comer a su casa. Estábamos él, yo, su papá de él y una hermosa cocker espaniel que fue su compañera de vida.
Aquella tarde vimos una película, platicamos y disfrutamos mucho.
También recuerdo con cariño el día de reyes de éste año, vino a mi casa y partimos juntos la rosca de reyes y tomamos chocolate. Le gustaba venir y estar en mi hogar, a mi me gustaba también su presencia y su compañía.

Supo ser mi amigo y él de mi familia también, supo escucharme sin juzgarme y también supo hacerme reír.
De todos los que me fotografiaban, el era mi favorito porque siempre sabía buscar e ángulo que me hiciera ver bonita. 

Hoy todo esto me duele, todo ha sido tan sorpresivo. Mi mami me ha dado un abrazo y juntas hemos llorado.

Humberto me duele tu partida! Te adoro y te voy a extrañar tanto tanto. Tu risa en este momento hace eco en mi corazón, y he guardado en un momento infinito el brillo de tus ojos tristes para que nunca se apaguen. 
Guardo con ahínco cada instante que quisiste compartir conmigo, cada tarde que pasamos juntos. 
Recelosa escondo mis recuerdos para que sean siempre míos y nadie me los robe ahora que sólo eso es lo que me queda de ti.
Ahora eres una estrella que brillará infinitamente. Ahora eres dulce susurró angelical.
Desde aquí te mandó un abrazo enorme, sana mi dolor y consuelame, hazme sentir que estás bien!

Gracias!











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Editada por Wendolin Vera. Con la tecnología de Blogger.