24 ago 2011

Educando a un hijo

Hoy ha sido el tercer día de clases de Constanza. No saben lo maravilloso que para mi es poder estar con mi hija cuando despierta y ser yo quien la lleva al jardín de niños. Este lujo no me lo pude permitir el año pasado ya que yo estaba en la universidad, y tampoco me daré el lujo mucho tiempo porque dentro de tres semanas acaban mis vacaciones en la universidad pero mientras estoy disfrutando mucho compartir esta etapa con Coni.

De hecho el vínculo se estrecha mas cuando pasamos tanto tiempo juntas, el único inconveniente es que le da mamitis y no la puedo dejar ni cinco minutos sola, figurense que estaba lavando los trastes mientras ella veía la tele y enseguida me fue a reclamar por no estar con ella y me dijo: gracias por dejarme sola!!
Pero si no lo he hecho!!!

Cambiando un poco el tema, hoy por la mañana llegamos al jardín de niños. Le daba su besito y me despedia de ella, entonces un llanto me llamo la atención o mejor dicho nos llamo la atención. Vimos y era un niño llorando  a la entrada de la escuela, su mami lo jalaba del bracito para meterlo a la escuela. La maestra lo tomo y obviamente su llanto empeoro, la maestra lo llevo arrastras a su salón. La escena me conmovió el alma, es que francamente no se que haría yo... podría obligarle a mi hija a ir a la escuela cuando aún no quiere?? pero si no quiere y ya es tiempo?? No podría irme y saber que me hijo sufre, me quedaría angustiada.
Afortunadamente la experiencia con mi hija fue muy afortunada y no tuve mayor problema. Platicamos de la escuela antes de que fuera el tiempo de que ella entrara, le compre una revista y le hablaba de lo maravilloso que sería. A mi me parecía bien que fuera a la escuela ya que en casa no tiene con quien jugar y supongo que le hace bien convivir con niños y no solo con adultos, en mi casa solo somos adultos. Y así resulto, a Coni le gusto la escuela y encontró amiguitos en ella. Por otro lado yo creí que este año se le dificultaría ya que cambiaba de escuela, de amiguitos y de sistema escolar y es que incluso yo si extraño a su maestra de la otra escuela, la miss "Aide" pues establecía un vinculo con los padres y se trabajaba en equipo (padres, maestros, alumnos). Pero no hemos tenido problema, Coni asiste feliz a la escuela, sale feliz, es una niña muy tranquila con la que no tengo problema alguno y de hecho tengo que resaltar que estoy muy ORGULLOSA DE ELLA; cuando regresamos de la escuela se cambia su uniforme sin que yo se lo tenga que pedir, es muy tranquilita en la escuela, se come todo lo que le mando. Hoy le he mandado una ración de brocoli y pensé que no la comería pero se la comió todita y desde la mañana que vio que se la ponía dijo: mmm esta bien rico.


Claro que no digo que sea perfecta mi hija, no lo es y no pretendo que lo sea porque estoy muy satisfecha en como es, es una buena niña y se que detrás de todo estoy yo y mi familia que me ayuda a educarla pero me he preguntado muchas veces: si tuviera otro hijo seria lo mismo???
No lo creo, no lo se!! Todos los ninios son distintos, entonces funcionaria educarlo como educo a Coni? Seria igual?? Tal vez el si lloraría cuando lo dejara en el jardín de niños.
Y entonces surge otra interrogante: EXISTE UNA FORMULA PARA EDUCAR A LOS HIJOS??
sirven todos esos programas educativos, esas revistas y demás??
No lo creo, no lo se, entonces he llegado a una conclusión: se debe criar con el corazón, debemos escucharlo a la hora de criar y hacer lo que él nos dicte pero siempre siendo concientes y responsables.


Wendo

2 comentarios:

  1. HOla! Primero qué preciosa tu niña! Segundo, me quedo por aquí, con charco de por medio pero con estudios igual. Disfruta de las vacas, que en nada otra vez a clase!

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  2. Coincido con tu conclusión: uno debe confiar en su corazón y en su intuición. Gabriel ha tenido que ir desde muy peque a guardería, y obviamente tiene malos días, aunque también hay otros que entra feliz de la vida (la mayoría por suerte), pero aun así creo que la escuela es otro cantar. Cada niño es diferente, y la verdad creo que a veces quienes nos equivocamos somos los adultos, por ejemplo, las veces que se ha ido llorando Gabriel, ha sido porque lo apresuro demasiado porque se hace tarde, así que la culpa es mía por no hacer las cosas con más tiempo, o si le puse un pantalón que él no quería (solución: ponerle otro), etc. A veces hay que buscarles el modo a los niños (igual que a los adultos)...

    No hay fórmulas que funcionen para todos, tengo una amiga con 3 hijos, es de suponer que a todos los educa igual, pero los 3 son tan diferentes entre sí... y lo que funciona con uno, con otro no, cada uno toma sus siestas a diferente hora, cada uno se relaciona con los adultos y los otros niños a su manera, etc, etc.

    En fin, ya me extendí, jaja... el caso es que tienes la suerte de tener una hija hermosa y tranquila, disfruta :D

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Editada por Wendolin Vera. Con la tecnología de Blogger.