Hace unos años comenté que había inscrito a Constanza a clases de gimnasia, y que después de algún tiempo ya no quiso seguir con sus clases. Muy a mi pesar decidí respetar su decisión, y le pedí pensará en alguna actividad a la que pudiera ir con gusto. En otra ocasión comenté que yo quería que ella encontrara algo que en esta vida le apasionara y le motivara, y que fuese lo que fuese yo le apoyaría.
Probamos con ballet, también propusimos karate, natación o que aprendiera a tocar algún instrumento.
Pasaron muchos meses y Constanza no se decidía. Parecía que de momento estaba cansada de las actividades extra escolares, y decidí no presionarla aunque no me gustaba la idea, pues ella quería más tiempo pegada al televisor. Pero inesperadamente una buena mañana Coni expresó extrañar a su maestra de gimnasia y sus clases, después volvió a manifestar su deseo dos o tres veces más pero me sentí apenada pues su maestra decidió no dar más clases así que ahora no había lugar a dónde llevarla, al menos no lugar cercano a casa. Así pasamos algunos días pensando a dónde podíamos llevarla, y el único lugar que parecía cercano esta muy saturado y hay que esperar muchos turnos para ser seleccionado.
Pero un buen día, en un recorrido de trabajo me encontré con un gimnasio cerca de casa, que además cuenta con buenos aparatos y a dónde asisten muchos jovencitos a prepararse diariamente, Entramos a ver una clase, y los tres (Edgar, Coni y yo) nos entusiasmamos mucho. Constanza tomo una clase muestra y dijo estar segura de querer regresar. Al principio habíamos duda en inscribirla a estas alturas del año, pues éste mes no se trabaja completo, pero Coni estaba muy impaciente por tomar sus clases e incluso me dijo: -Mami toma mis ahorros, si es para algo que me gusta.
Tal comentario me partió el corazón, pues para ella sus ahorros son sagrados, y no le gusta agarrarlos ni para comprar golosinas, ni juguetes, extrañamente considera tomarlos. Y dicho esto, me convenció de pagar la inscripción anual y la mensualidad de diciembre. Apenas van unas cuantas clases pero ella esta muy feliz, y yo estoy encantada pues esto nos hace llevar una vida más disciplinada y ordenada y me encanta verla feliz haciendo deporte.
Y bueno, de paso mamá le ha comprado su regalito de navidad.