Ha pasado ya una década de su mágica llegada, de los nervios, los miedos y los desvelos. Una década de haberme estrenado como madre, madre primeriza, madre para siempre. Diez años pasaron desde que llegó a mi vida ese ser pequeño y frágil que tan sólo dependía de mi, diez años de haber conocido el más bello sentimiento que cualquier mujer puede sentir.
Cuantas aventuras nos ha deparado el tiempo, cuantos retos... pero no solo ha crecido ella, yo también crecí como mujer y como madre, porque no vino para que yo le enseñase, vino a enseñarme cómo era el mundo de la maternidad, a revolucionar mi vida en absolutamente todos los sentidos, a cambiar mi perspectiva del mundo y hacer de mi una mejor persona, porque ella llegó con tantos anhelos, ilusiones, y tantas metas.
Querida hija: has cumplido 10 años. Otra década más y serás toda una mujer. Hoy eres mi niña bella, y me llena de ilusión verte crecer. Quiero que caminemos juntas, que sepas que siempre estará mi mano para cuando quieras tomarla y para aferrarse fuerte a ti cuando caigas.
He aprendido a soltar mis miedos, mis miedos a que crezcas, a que mañana te sientas lastimada o sola, porque no puedo detener el tiempo, será mejor tomarle el ritmo y disfrutar la vida.
No siempre serás una niña, pero de sobra esta decir que siempre serás mi bebé, serás mi bebé cuando llegué el acné, cuando haya que comprar compresas para el periodo, o cuando ya no quieras que te peine más, serás mi bebé cuando quieras que te preste un labial o me pidas que te enseñé a maquillar tu rostro, cuando ya no quieras acompañarme a todos lados o cuando vayas a tu primera fiesta.
Eso sí, no corras, vive la vida y disfruta cada etapa de ella, no hay prisas, no hay tiempo que no se cumpla... sigue disfrutando tus muñecas tanto como sea necesario y hasta que de verdad te aburran, sigue jugando en tu casita o a la comidita cuando te de la gana, pero no dejes tus cosas por temor a lo que digan los demás o porque la niña de a lado considere que eres mayor.
Disfruta la vida, ríe todos los días y sueña en grande, sabes que la vida te deparará lo que tú decretes para ti. Te amamos infinitamente y estamos muy orgullosos de ti.
Por último, agradece hijita, al universo, a Dios y a la vida, por todo lo que tienes, por todo lo que te rodea, por toda esa gente que te ama y que en cada cumpleaños viene a la casa para darte un abrazo, por tener la dicha de vivir. Se siempre agradecida y se siempre un ser de luz.
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