Y seguimos aquí, entre días nublados, tomando fuerzas de quién sabe dónde para mantenernos en pie, para no tirarnos a llorar, para seguir luchando junto a papá.
El viernes de la semana pasada, al fin lo dieron de alta en el hospital. 4 meses y medio es lo que llevábamos de hospitalización. Han sido tiempos duros, el hospital termina cansando tanto a los enfermos como a los familiares que acompañamos, mi madre a veces se agobiaba, lloraba, desesperaba pero eso sí, jamás jamás se ha vencido. De hecho mi admiración a ella ha crecido enormemente, ha tenido un temple sorprendente, ha soportado situaciones francamente decepcionantes por parte de la familia de papá, pero ella sólo calla, ha sacado a flote el negocio familiar que estaba en ceros y para ser honestos, han sido estos 4 meses los de mayor estabilidad económica que se ha visto en casa.
Hicimos un equipo genial, entre mi madre y las tres hermanas que somos jamás dejamos sólo a papá mientras estuvo internado, siempre nos rolamos para pasar la noche y los días junto a él.
Pero no todo ha sido malo, hemos visto tantas historias, hemos hecho tantos amigos, lecciones de vida hemos aprendido.
Sin embargo esto parece no tener fin. Sigo viendo a papá mal, a casi una semana de volver a casa no lo veo tan repuesto como esperábamos que fuera al pasar los días y definitivamente no es el mismo de hace 4 meses y medio, le han robado unos años, le han robado unos kilos, ahora luce delgado, flaco, acabado. Y sigo orando, sigo rezando, sigo deseando que no se canse de luchar, que no se canse de vivir, que siga dando batalla. Él también ha sido un guerrero, ha resistido operación tras operación y ha vuelto a abrir sus ojos, pero luego noto su cansancio y no se como darle fuerzas, como pedirle que mantenga siempre la voluntad de respirar.
Mientras el mundo gira y gira allá afuera, para nosotros se ha detenido el tiempo, un pedazo de nuestro corazón esta fragmentado y no nos deja olvidar. Pero sigo con la firme idea de qué las cosas pasan por algo, sigo creyendo que una lección valiosa hay tras esto y no pierdo la esperanza de que mañana veamos esto sólo como una batalla, la batalla más dura que hemos enfrentado, de la que saldremos victoriosos.
Ánimo te mando un beso
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